Asimismo, el fiscal venezolano acusó que la delegación enviada en mayo desde Venezuela hacia Chile no fue recibida ni por el Fiscal Nacional ni por el persecutor a cargo de la causa, Héctor Barros. Además, no se les otorgó acceso a la carpeta de investigación.
Aseguró que “la conclusión nuestra es muy clara. Esa investigación está débilmente desarrollada, sin elementos de convicción para ninguna de las hipótesis que han lanzado“, al referirse a la tesis manejada por la Fiscalía chilena, que apunta a un posible crimen de carácter político contra Ojeda; presuntamente planificado desde Venezuela.
Según el personero venezolano, “les daría vergüenza y pena que nuestros directores generales, que conocen mucho del tema del proceso penal y la materia de cooperación internacional, tuviesen ya con papeles en manos la convicción; y luego de las reuniones de que efectivamente esas investigaciones carecen de profesionalismo“.
Saab insistió en que “se impone una nueva teoría de investigación“. Según su versión, “funcionarios, agentes de seguridad extranjeros habrían incursionado en Chile con apoyo de agentes de inteligencia chilena y grupos delictivos para ejecutar el asesinato y enturbiar las relaciones entre Chile y Venezuela”.
En ese sentido, teorizó que el crimen tenía la intención de “generar un efecto de un falso positivo, una acción de falsa bandera”, acotando que “eso debe investigarse y me confirma la sospecha de que pudiera ser esto así, ya que, ¿cuál es el temor a investigar?”.