Las Islas Falkland (bajo soberanía británica) han abierto por primera vez la puerta a la exploración petrolera en sus aguas, en una medida que podría desencadenar en un auge económico para sus habitantes.

De acuerdo a lo que consigna este domingo el diario británico Sunday Telegraph, el consejo gobernante del territorio de ultramar inglés ha comenzado a preguntar a los isleños si respaldarán el plan para extraer hasta 500 millones de barriles de petróleo del campo Sea Lion, ubicado a 240 kilómetros al norte de la isla.

Según la información, la empresa israelí Navitas Petroleum compró la mayoría de los derechos del campo, lo que significa que la mayor parte de las ganancias irían a sus accionistas en Israel y Estados Unidos.

Sin embargo, los isleños podrían beneficiarse de millones de libras en regalías e impuestos aplicados a las ganancias, transformando potencialmente toda la economía de las islas, que actualmente depende de la cría de ovejas y la pesca.

Se cree que el campo contiene 1.700 millones de barriles de petróleo, lo que lo hace varias veces más grande que Rosebank, el mayor desarrollo planificado para el propio Mar del Norte del Reino Unido, que se estima que contiene 300 millones de barriles.

Sin embargo, los planes podrían resultar políticamente embarazosos para el Reino Unido. La cantidad de petróleo producido abriría un enorme agujero en las promesas del Reino Unido de reducir las emisiones.

El Partido Laborista, que probablemente formará el próximo gobierno según las encuestas actuales, ha hecho de la aceleración de la transición emisión cero una parte clave de su discurso ante el electorado. El partido de Sir Keir Starmer ha prometido prohibir toda nueva exploración de petróleo y gas en aguas británicas.

Esta prohibición no afectaría a las Malvinas, ya que es la administración local la que tiene voz y voto sobre los derechos de perforación en las aguas circundantes.

Los detalles del plan se publicaron sin fanfarrias en la Falkland Islands Gazette, una publicación oficial del gobierno, firmada por la Dra. Andrea Clausen, directora de recursos naturales del gobierno de las Islas Malvinas.

“Se realizará un período legal de consulta desde el 24 de junio de 2024 hasta el 5 de agosto de 2024 (…) con respecto a las propuestas de Navitas para la perforación de pozos petroleros y la producción costa afuera del campo Sea Lion”, dijo.

Una evaluación de impacto ambiental publicada al mismo tiempo por Navitas decía que el desarrollo de Sea Lion implicaría perforar en 1.500 pies de agua en el Atlántico Sur, conocido por ser uno de los océanos más salvajes del mundo.

El proyecto perforaría 23 pozos para acceder a hasta 500 millones de barriles de petróleo inicialmente, pero potencialmente podría haber muchos más en el futuro.

De esta forma, el petróleo de Sea Lion sería procesado por un buque flotante de producción, almacenamiento y descarga, con camiones cisterna que se llevarían el petróleo para venderlo en los mercados energéticos mundiales. Sin embargo, poco o nada de petróleo de las Falkland llegaría al Reino Unido.

Muchos dentro del gobierno de las Falkland han querido hacer de las islas un centro de producción de petróleo.

John Birmingham, titular adjunto de la cartera de recursos naturales, MLA (miembro de la Asamblea Legislativa), dijo: “Los hidrocarburos marinos tienen el potencial de ser una parte importante de nuestra economía en las próximas décadas”.

“Al mismo tiempo, reconocemos que los impactos ambientales deben gestionarse cuidadosamente y que es esencial que se proteja el entorno único de las Islas Falkland”, aseguró.

«Damos la bienvenida a la presentación de la declaración de impacto ambiental para que el público pueda expresar su opinión sobre los temas«, declaró.

Las Falkland son un archipiélago en el Atlántico Sur frente a Argentina, que comprende dos islas más grandes, East Falkland y West Falkland, además de casi 800 islas más pequeñas.

Son un territorio británico de ultramar que se gobierna a sí mismo, pero el Reino Unido asume la responsabilidad de su defensa y asuntos exteriores. La capital es Stanley en East Falkland.

Gran Bretaña los ha gobernado desde 1833, pero en 1982 fueron invadidos por Argentina, lo que provocó una breve guerra que Argentina perdió. Los aproximadamente 4.000 habitantes tienen ciudadanía británica y la mayoría depende de las ovejas, el turismo y la pesca para obtener sus ingresos.

Se descubrió petróleo allí en 1998, pero nunca se ha dado el siguiente paso crítico para ponerlo en funcionamiento.

A su vez Navitas controla el 65% de la participación activa en el campo Sea Lion. Rockhopper Energy, con sede en el Reino Unido, que descubrió el campo en 2010, controla el resto.

Navitas está planeando varias sesiones de participación pública en todas las islas durante el período de consulta desde ahora hasta agosto.

En una declaración, el gobierno de las Islas Malvinas dijo: “Tenemos derecho a utilizar nuestros propios recursos naturales. Las Islas Malvinas operan su propio sistema nacional de concesión de licencias petroleras, que incluye actividades de exploración, evaluación y producción relacionadas con sus recursos de hidrocarburos marinos”.

«Si se otorga la aprobación para el desarrollo, las Islas Malvinas tienen un sistema de licencias petroleras basado en regalías y recibirían regalías por la producción de petróleo, ingresos por impuestos directos del proyecto y aumentarían la actividad económica«, señala.

Dijo que las empresas del Reino Unido tendrían prioridad para los contratos: «En términos del Reino Unido, una evaluación económica ha estimado que el desarrollo agregaría alrededor de £750 millones de libras de valor a las empresas del Reino Unido durante la fase de construcción, con 1.375 puestos de trabajo asociados en el Reino Unido«.

Un portavoz de Uplift, un grupo ambientalista que hace campaña para eliminar gradualmente el petróleo y el gas, dijo que cualquier avance de este tipo socavaría los intentos del Reino Unido de cumplir sus compromisos de la ONU sobre la reducción de emisiones.

En esa línea, expusieron que “las emisiones de producción del desarrollo se sumarán a las emisiones del Reino Unido contadas para su Contribución Determinada a Nivel Nacional, que el Reino Unido ya no está en camino de cumplir”.