Tal vez no exista una institución más inclinada a lo simbólico que el servicio diplomático. Uno desde afuera siente que son simples “pavos reales” tratando de aparentar cosas y simplemente yendo de recepción en fiestas (algunas mejores que otras). Una imagen simplona que tiene el común de la gente y que no entiende (ni quiere entender) este mundo de símbolos.
Uno de los principales símbolos para un Embajador es la presentación de las cartas credenciales ante el Jefe de Estado. En Chile el Jefe del Estado es a su vez el Jefe de Gobierno, y eso ha generado algunos problemas no menores. El conflicto que sucedió con la presentación de las cartas credenciales del Embajador israelí, fue un error de marca mayor, atribuible a los “asesores amigos” del Presidente Gabriel Boric. Lamentablemente eso no fue una “política de Estado” sino más bien una expresión del infantilismo-voluntarista que caracteriza al Frente Amplio, que es parte de la coalición del Gobierno.
Ese episodio, junto a otros, terminó sellando la suerte de la canciller Urrejola, que venía con un buen Curriculum y amplia experiencia en Relaciones Internacionales.
Pero el reemplazo fue Alberto van Klaveren, un diplomático de una amplia experiencia, muy hábil y mesurado, que representa lo mejor del servicio diplomático chileno.
Bueno, y tuvimos otro incidente con Argentina recientemente que según una nota del Mostrador había sido comunicacionalmente seguido desde el “segundo Piso” de la Moneda. Evidentemente dentro de los parámetros en que nos tiene habituado al “infantilismo-voluntarista” del segundo piso se trató de dar un enfoque más de “Gobierno” que de “Estado”, pero lo bueno es que el Presidente Gabriel Boric ha tenido una evolución que lo ha hecho pasar de ser una “amenaza roja” a ser un “líder”, donde se dejó guiar por la experiencia de una Cancillería profesional en vez de sus “asesores amigos”.
El mensaje presidencial a Argentina por los paneles solares en territorio chilenos de: “Lo sacan ellos o lo sacamos nosotros a la brevedad» fue justo después del Encuentro de Paz por Ucrania, donde 90 países solidarizaron con este último país que había sufrido una agresión a su integridad territorial por parte de Rusia. La imagen de los discursos finales fue un potente símbolo con el Presidente Boric al lado del Presidente Zelensky.
Simplemente hay imágenes que hablan por si solas.
Y las reacciones también hablaron por sí solas, al ver que Argentina desmontaba los paneles con unas condiciones climáticas dignas del peor invierno siberianos, siendo que antes el Embajador Argentino en Chile, Jorge Faurie, había indicado que los paneles recién se podrían desmontar en verano.
Evidentemente nadie quiere escalar una situación con nuestros hermanos argentinos, pero debemos reconocer que las relaciones estuvieron enrarecidas. Tal vez sea buena idea para volver al cause de relaciones normales que el Embajador de Argentina organice una fiesta diplomática, que es un símbolo muy importante para mantener las buenas relaciones que hemos tenido y tendremos. Eso sí, los chilenos somos más recatados, por lo que la fiesta deberá ser de “estilo portaliano”, porque los símbolos sí importan.