El Presidente Javier Milei, que camina derecho a transformarse en una suerte de caudillo y posiblemente dictador que se enternice en el poder en el vecino país, da cada día más muestras de su egolatría contumaz y su política de enfrentamiento con todo aquel que piense distinto a él tal como lo hacen los dictadores de Nicaragua o Venezuela.
Ayer hizo un show de aquellos que es digno de un análisis posicológico y sociológico, tal como publico La Nación del vecino país: «Javier Milei en el Luna Park. Dos horas de una misa pagana, con canciones apocalípticas y un Presidente en éxtasis«.
Y este jueves Milei debe haber explotado en éxtasis porque tiene su portada soñada de la revista Time: «El plan radical de Javier Milei para transformar la Argentina».
Llama la atención que una de las fotos, lo muestra en su escritorio de trabajo, lo rodean figuritas (monitos) de él, lo que devela lo que hemos dicho insistentemente su narcisismo y devoción a él mismo (culto a la personalidad).
Pero la entrevista cuenta detalles interesantes sobre la vida de Milei y su ultrapoderosa hermana, exvendedora de pasteles y tarotista: «Para reunirse con Milei , hay que pasar por la persona a la que llama El Jefe , la jefa: su hermana. El día de nuestra entrevista, Karina Milei, con chanclas plateadas con lentejuelas, custodiaba la puerta de la oficina del Presidente antes de permitirme entrar. Karina, de 52 años, es una ex tarotista que hasta hace unos años vendía pasteles en Instagram. Ahora ella controla con qué periodistas habla su hermano, qué fotos de él se publican y, según se informa, qué ministros del gabinete son contratados y despedidos. (Ella se negó a ser entrevistada para este artículo.) Uno de los primeros actos de Milei como presidenta fue cambiar un decreto que prohibía a familiares ocupar puestos en el gabinete para nombrarla secretaria general de la presidencia», cuenta la periodista que hizo la entrevista Vera Bergengruen.