La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó el viernes que durante la pandemia se produjo un «uso excesivo de antibióticos» en todo el mundo entre los pacientes hospitalizados por el coronavirus, sin que ello mejorara los resultados clínicos, a la vez que aumentaba potencialmente la ya grave y creciente amenaza de la resistencia a los antimicrobianos provocada por las «superbacterias».
En una alerta, la OMS señaló que, aunque sólo el 8% de los pacientes hospitalizados por coronavirus tenían también infecciones bacterianas que pueden tratarse con antibióticos, a tres de cada cuatro se les administraron «por si acaso».
En ningún momento de la pandemia mundial, la agencia sanitaria de la ONU recomendó el uso de antibióticos para tratar el coronavirus COVID-19, insistió la portavoz de la agencia de la ONU, la doctora Margaret Harris.
Viral, no bacteriano
«El consejo fue muy claro desde el principio, que se trataba de un virus. Así que no es que hubiera ninguna directriz o recomendación de que los médicos fueran en esta dirección, pero quizás como la gente estaba tratando con algo completamente nuevo, buscaban lo que creían que podía ser apropiado», explicó.
Según la agencia de salud de la ONU, el uso de antibióticos osciló entre el 33% para los pacientes de la región del Pacífico Occidental y el 83% en las regiones del Mediterráneo Oriental y África. Entre 2020 y 2022, las prescripciones disminuyeron con el tiempo en Europa y América, pero aumentaron en África.
Última esperanza
Los datos recopilados por la OMS también indicaron que la mayoría de los antibióticos se administraron a pacientes COVID-19 gravemente enfermos, con una media mundial del 81%. El uso de antibióticos en infecciones leves o moderadas mostró una considerable variación entre regiones, con el mayor uso en África, con un 79%.
Preocupantemente, la agencia de la ONU descubrió que los antibióticos antibacterianos prescritos con más frecuencia en todo el mundo eran aquellos con mayor potencial de resistencia antimicrobiana (RAM) a los antibióticos.
«Cuando un paciente necesita antibióticos, los beneficios suelen superar los riesgos asociados a los efectos secundarios o a la resistencia a los antibióticos. Sin embargo, cuando son innecesarios, no ofrecen ningún beneficio a la vez que plantean riesgos, y su uso contribuye a la aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos», explicó la doctora Silvia Bertagnolio, jefa de la Unidad de Vigilancia, Pruebas y Fortalecimiento de los Laboratorios de la División de RAM.
Sin impacto positivo
El informe de la agencia sanitaria de la ONU sostiene que el uso de antibióticos «no mejoró los resultados clínicos de los pacientes con COVID-19».
Por el contrario, su prescripción sistemática «podría crear perjuicios para las personas sin infección bacteriana, en comparación con las que no reciben antibióticos», señaló la OMS en un comunicado.
«Estos datos exigen mejoras en el uso racional de los antibióticos para minimizar las consecuencias negativas innecesarias para los pacientes y las poblaciones», asegura la agencia.
Las conclusiones se basaron en datos de la Plataforma Clínica Mundial para la COVID-19, una base de datos clínicos anónimos de pacientes hospitalizados por esta enfermedad. Los datos procedían de 450.000 pacientes de 65 países entre enero de 2020 y marzo de 2023.