Por: Gaspar Tagliati
Se entiende que la manera de comunicarnos es dispar y el lenguaje depende de múltiples variables, a partir de la vida intrauterina con el entorno familiar social prioritario; ciertamente la educación pública chilena se ha visto desfallecer por largas cinco décadas; la brecha que siempre existió se ha incrementado en forma exponencial con consecuencias fáciles de vaticinar en busca de la utópica sociedad igualitaria a la sazón de un perverso sistema que prioriza la macro economía al crecimiento como desarrollo humano.
Las lenguas coloquiales obedecen también a modismos y jergas de cada pueblo que redunda en un léxico deficitario, así como la RAE tiene mas de 93.000 palabras a utilizar, se estima que en Chile se usan aproximadamente 4.800 pero en la práctica no son más de 400 de éstas que escuchamos.
Se entiende que quienes han tenido una educación mermada no cuenten con vocabulario para explicar y/o metaforizar diversas y cotidianas situaciones, lo que si parece impresentable que castas de elite específicamente la política que suponen de una mejor y más calificada educación apelen permanentemente a las comparaciones con el fútbol para explicar con frecuencia algún contexto.
Creo que esta vez la falta de jugadores hábiles quizás un buen director técnico o bien la pelota NO está en el piso, de cualquier forma, sin temor a equivocarnos estamos perdiendo por goleada.