Texto: Patricio Sesnich Jr. – IG: @pato_sesnich – Imagen: Imdb.com
LA HISTORIA
Desde su adolescencia, Douglas Munrow (Lincoln Powell) fue víctima del maltrato, violencia y la falta de amor de su padre, que se ganaba la vida organizando pelea de perros. Cuando Richie (Alexander Settineri) lo delata en la mesa, diciendo que pasa jugando con esos perros, su padre decide enjaularlo junto a ellos. Su madre no puede hacer nada, solo le deja comida antes de huir del ambiente tóxico en el que está viviendo y de paso, criar sola al tercer hijo que tiene en su vientre.
Educado leyendo las revistas Modern Woman y The American Magazine, Douglas intenta sobrevivir enjaulado junto a los perros, hasta que su padre explota y con su escopeta le dispara, dejándolo sin un dedo y privándolo de usar sus piernas, ya que una bala se incrustó en su espina dorsal.
Pasan los años y Douglas (Caleb Landry Jones, ‘Tres Anuncios por un Crimen’, 2017 / ‘Finch’, 2021) tiene cientos de hijos: sus perros, son sus bebés. El amor de ellos lo ha salvado miles de veces. Les debe la vida. Mientras más conoce a los humanos, más ama a sus perros.
Pero este amor canino lo tiene en plena investigación policial, debido a los constantes robos que los canes, muy bien adiestrados, han cometido a lujosas mansiones para repartir la riqueza entre los que más lo necesitan, así como han actuado vengándose de narcotraficantes que amenazan la vida de las calles de la ciudad.
Drama dirigido y escrito por Luc Besson (‘Lucy’, 2014 / ‘El Quinto Elemento’, 1997). Buena.
DIÁLOGO SELECCIONADO
Evelyn (Jojo T. Gibbs): Latte de caramelo con crema batida, ¿cierto?
Douglas (Caleb Landry Jones): Perfecto. Gracias. Sé que no debería. El azúcar me hace mal. Pero privarse de los pequeños placeres de la vida es peor, ¿no cree? Debe estar exhausta. Durmió muy pocas horas.
Evelyn: Un buen café y estoy lista para cualquier cosa. Como sea, su historia es muy fascinante y sigo sin noticias de cuándo y dónde van a transferirlo, así que…me encantaría hacerle más preguntas sobre su infancia, si no le importa.
Douglas: No. Es un poco tarde para eso, ¿no le parece?
Evelyn: ¿A qué se refiere?
Douglas: Para entrenar bien a un animal, cuanto antes se empiece, mejor. Ya estoy muy viejo para que me entrenen, ¿no cree?
Evelyn: ¿Le resulta hablar de su infancia complicado o incómodo?
Douglas: No, es sólo que no estoy acostumbrado. De hecho, siento que probablemente me haga bien. Nadie existe sin un pasado, ¿cierto?
Evelyn: Dicen que el pasado es la raíz que se convierte en árbol.
Douglas: Cierto. Pero las raíces son invisibles. ¿Para qué desenterrarlas?
Evelyn: Porque te hace bien. Veo aquí que cuando le dieron de alta en el hospital, lo mandaron a un asilo. Al primero de varios, según veo. ¿Tiene algún recuerdo de esa época?
Douglas: Cambié una prisión por otra. Con más espacio y más cómoda, claro, pero sin mis perros, mi aislamiento era mayor.
Evelyn: ¿No hizo amigos?
Douglas: No. Los perros tienen un verdadero sentido de la familia, aunque sean de distinta raza. Se unen en momentos difíciles y forman una entidad sólida y unida. Los niños que conocí ahí ya estaban marcados por la vida. Eran incapaces de unirse. Sólo escuchaban a su instinto de supervivencia. Verá, los perros quieren a sus amigos y muerden a sus enemigos. A diferencia de las personas, que siempre tienen que mezclar el amor y el odio.
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