domingo, diciembre 22, 2024

Una decisión política que afectará el desarrollo de los intereses marítimos de Chile

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Por: Edmundo González Robles, presidente de Liga Marítima de Chile

Fue Lord Palmerston quién, por vez primera, acuñó la frase «Las naciones no tienen amigos ni enemigos permanentes, solo intereses permanentes». No es mi intención con esta columna criticar la agenda política que está llevando a cabo el Presidente de la República ni menos de su equipo asesor, ya que se alejaría del espíritu que guía y motiva a la Liga Marítima de Chile, institución más que centenaria que fomenta la preservación, defensa, explotación y desarrollo de los Intereses Marítimos en Chile; pero sí, referirnos al cómo una decisión política, tal como la reciente marginación de las industrias de defensa y seguridad de origen israelí de la Feria Internacional del Aire y del Espacio, FIDAE, afectará negativamente el desarrollo de los intereses marítimos de nuestra nación, país que por su condición geográfica esencial depende vitalmente del mar y sus espacios.

FIDAE es la principal exhibición aeroespacial, de defensa y seguridad de América Latina y la quinta en importancia en el mundo, un enorme privilegio para un pequeño país como el nuestro. En su seno no solo se exhiben adelantos tecnológicos de uso militar y relacionados exclusivamente al aire y el espacio, sino más bien se nos muestra una feria internacional en seguridad, defensa y nuevas tecnologías que abarcan sin dudas diversos armamentos, pero también una amplia gama de dispositivos satelitales, radáricos, electrónicos, de ciberseguridad y de telecomunicaciones de variado espectro. Encasillar FIDAE solo en aspectos relacionados a la defensa, en lo general, y de la aviación y del espacio en lo particular, sería casi una falta de respeto hacia la Fuerza Aérea de Chile que, por décadas, viene organizando y liderando esta ya prestigiosa feria internacional con particular éxito.

Los proveedores de dichas tecnologías en el mundo no son muchos y provienen mayoritariamente de pocos países que, por años, han dedicado importantes esfuerzos en investigación y desarrollo (I&D), dentro de los cuales sin lugar a dudas este listado es encabezado por las potencias nucleares tales como Estados Unidos de América, Rusia, China, India, Reino Unido y Francia. Sin embargo, hay medianos y pequeños países que, sin pertenecer a este selecto grupo nombrado, han descollado en sus labores de I&D y, por ende, en el desarrollo y producción de armamento inteligente, tecnologías satelitales, telecomunicaciones protegidas, radares de vigilancia de largo alcance, vehículos no tripulados en las tres dimensiones, etc. Si de este último grupo hubiese que solo destacar uno, por cubrir prácticamente toda la gama recién descrita, este sin lugar a dudas seria Israel.

La equivocada “decisión personal” (según su propia declaración) del Presidente de la República en impedir, a menos de dos semanas de su comienzo, la presencia de la Industria Militar Israelí en FIDAE 2024, contraviene el principal deber que debe asumir todo gobernante, cual es resguardar los Intereses Nacionales de su propio país. El no hacerlo, conlleva el riesgo de ahuyentar nuevas inversiones en industrias reconocidamente chilenas y tradicionalmente fuertes en el empleo de mano de obra (minería, pesca industrial, acuicultura, industria forestal y agropecuaria en general), además de un detrimento de la valoración de Chile en el concierto de las naciones por medio de una gestión diplomática, al menos discutible, que cambia las reglas del juego a dos semanas de un gran evento internacional.

Sin mencionar el aporte de otras tecnologías y desarrollos israelíes a Chile en ámbitos vitales como la medicina, la investigación científica, la minería, la ciencia, la educación, el aprovechamiento de tierras desérticas, la agricultura y el regadío por goteo, etc., la antojadiza exclusión de los israelitas de FIDAE, por un tema muy discutible entre Israel y Palestina (o más bien con el grupo terrorista de Hamas), abre un espacio para que nuestros Intereses Nacionales enfrenten escenarios de una vulnerabilidad jamás antes vista.

No cabe dudas que la magnitud de dichas vulnerabilidades, bien conocidas por quienes tienen o han tenido deberes y responsabilidades (civiles y/o militares) en ámbitos de la Defensa del país y en el control de sus Intereses Nacionales jurisdiccionales, de seguro son inconcebiblemente desconocidas por quienes asesoraron en tomar esta decisión. Son pocos los sistemas utilizados para el control de espacios terrestres, marítimos y aéreos de nuestro territorio continental, insular, antártico y marítimo, así como de sistemas de vigilancia, que no provengan de la industria israelí. La siempre necesaria prudencia aconseja no hacer público el grado de implicancia que para los sistemas de defensa utilizados por el Ejército, Armada y Fuerza Aérea, tiene la ya histórica y fructífera relación con Israel. Los vínculos y acercamientos con Israel se fundamentan, entre otros, por el carácter insular del territorio en que se emplazan Israel y Chile; ambos países, con una limitada profundidad estratégica, requieren necesaria y responsablemente de sistemas de vigilancia, control y defensa de nuestros territorios, espacios aéreos y marítimos, dinámicos, ágiles y efectivos.

Lo que ocurre en el aire y en el espacio, necesariamente ocurre en el mar y su entorno. Chile ha asumido, formalmente ante organismos internacionales, responsabilidades y deberes de vigilancia y control para con la preservación de la vida humana en el mar, especies marinas y medio ambiente de los océanos, en áreas cuya magnitud supera ampliamente nuestras áreas jurisdiccionales, para cuya efectividad se emplean hoy tecnologías avanzadas que, de lo contrario, harían muy difícil el cumplimiento de esta importante área de misión.

Chile, con sus más de 6.400 kms. de borde costero, con la quinta zona SAR (Búsqueda y Rescate) más grande del mundo, la decimoprimera zona económica exclusiva en tamaño mundial, más del 90% de su carga movida por los océanos y mares, el país que más áreas marinas protegidas exhibe a nivel mundial y con vastas ORP’s (Organizaciones Regionales de Pesca) que vigilar, requiere de modernos sistemas satelitales de vigilancia, radares de largo alcance complementarios, sistemas de telecomunicaciones seguros y eficientes, vehículos no tripulados y medios que nos aseguren mares más seguros, más limpios y más conocidos. En la implementación tecnológica de estas áreas, el aporte de la industria de defensa de Israel es, simplemente, vital.

Liga Marítima de Chile. – LIGAMAR, que desde 1914 inculca la relevancia de los intereses marítimos, a la luz de su lema “El Porvenir de Chile está en el Mar”, manifiesta su profunda preocupación por esta decisión de marginar a Israel de FIDAE, ya que con ello se ha tendido un manto de desconcierto para con nuestros antiguos y naturales aliados, esperando que esta determinación sea circunstancial y no se extrapole a niveles que atenten y pongan en riesgo, aún más, a los siempre importante Intereses Nacionales de Chile.

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