Si nos remontamos 1991 años para atrás, donde aún ni se pensaba en la existencia de las plataformas de las redes sociales (X, Facebook, Tinder y demases) la manera de sociabilizar no era por WhatsApp solamente existía el teléfono tampoco el de Graham Bell sino ese que conocimos como juego de niños y al final es tergiversada mayormente la información de origen; en aquellas calles de poca densidad demográfica uno espera e imagina armonía y vida apacible pero al tenor de esas senderos sinuosos y pedregosas caminando con vestiduras muy rudimentarias los diálogos del elegido sobre la vida y divinidad incluyen como tema trascendente de conversación el poder hacer una sociedad más justa el intentar un mejor país en el que vivir y no soportar miserias humanas como deslealtades frecuentes que aparecen sin previo aviso, incluso de quienes le aplauden y hacen reverencias; todo esta elucubración es parte de la historia narrada por los romanos tres siglos después.
Y todo tiuene su origen en que el ser humano tiene que soportar un dramático cambio en el momento de nacer: es respirar si o si, los flujos sanguíneos intra útero varían en segundos y debe respirar por sí solo, es probablemente la primera gran prueba que has llegado al convulsionado planeta. Nacemos con bondad e inocencia -quizás ancestralmente- un poco marcados pero en rigor somos la esponja virtual que llenaremos dependiendo de infinitos factores, la vida finalmente da las pautas y tras sobre dos mil años de historia contada nos encontramos celebrando o conmemorando una nueva Semana Santa o Paschae con cerca de ocho mil millones de seres sobre un planeta donde se agotan los recursos y la naturaleza da respuestas a la acción de estos mismos que comparten una globalización a la orden, guerras de poder económico y prueba de armamentos jamás probados en combate, manipulaciones de los medios; sicariatos de todo orden, desde bandas de carteles abyectos, la lista es in extremo larga y causa escozor el enumerarla; la contraparte es aquella parte de la sociedad que busca incesantemente ideales de solidaridad, justicia, generosidad, honestidad, respeto, mentes libres que nos hagan una mejor especie viviente, basado en un principio de esta Paschae como es el simple respeto al otro tan solo por ser otro ser viviente sin vestiduras, ni títulos ni rimbombancias de la época romana que pos estos días recordamos pero que se diluyen en el frenesí que significa un fin de semana largo.
Desde el calendario instaurado por Julio Cesar a.C. con su problemática proporcional a la densidad poblacional el mundo no ha tendido a un progreso de mejoramiento real, muy por el contrario, como dicen por ahí “cada día puede ser peor” en una semana sin duda aun no muy santa.
Por: Gaspar Tagliati