No ha sido fácil la reinserción de Giorgio Jackson en el escenario nacional, por un largo tiempo fue el foco de destempladas e incluso odiosas críticas y sin duda las más virulentas las del senador PS Fidel Espinoza, luego de resistir el vendaval de acusaciones y efectuar su «repliegue táctico» tras dejar el Gobierno el año pasado, quien se desempeñara durante casi un año y medio en el gabinete presidencial decidió ‘tomar el toro por las astas’ para limpiar su reputación, iniciando -con razón- acciones judiciales en contra de sus principales acusadores
Es así como ayer lunes, ha presentado acciones contra el empresario Jorge Errázuriz, el senador socialista Fidel Espinoza y la UDI.
En extensa entrevista con la edición chilena del diario El País, quien ha sido de los históricos amigos y colaboradores más cercano al Presidente Gabriel Boric repasó el impacto del Caso Convenios, su salida del Gobierno, su rearme y lento regreso a la escena pública, como también algunas de sus declaraciones que le valieron duras críticas, quizás más que por el contenido de las mismas sino como una oportunidad de utilizarlo para atacar la figura y gestión del Mandatario, como él mismo reconoce.
«Lo que se buscó construir desde el principio a través de distintos ángulos –pero que llegaron con el Caso Convenios y con el robo de computadores a constituirse como la tormenta perfecta para poder dirigir los dardos hacia mi persona–, tuvo que ver con la trayectoria que tenemos con el presidente juntos. Me imagino que esa cercanía me hacía vulnerable. Si alguien quería hacerle llegar el enojo al presidente o su molestia o sus ganas de hacerle daño, yo era un canal o un vehículo para aquello. No el único, pero fui un vehículo para canalizar ese descontento. Es parte del juego, pero no todo vale», comentó Jackson.
Quizás haciendo lejano eco de ello es que en el momento de su despedida desde el Gobierno, señaló en una sentida carta: “Presidente, que no le quepa duda que tomaré todas las acciones necesarias para que las mentiras, injurias y calumnias vertidas en mi contra se revelen como tales”.
Se alejó de la primera línea política, efectuó pasantías en el extranjero, consultorías y, en general se dedicó “a tejer redes internacionales para la articulación de quienes piensan similar en la región frente a amenazas como la ultraderecha”.
Pero también fue el momento de preparar su defensa y todas esas «acciones» en su mencionada carta de despedida.
«Busco que se haga justicia. Me parece importante que en el debate democrático, por más acalorado que sea –y yo he sido parte de esas discusiones acaloradas–, uno pueda fijar límites y decir que no todo vale«, señala en la entrevista, precisando que «en el caso del senador Espinoza, si bien es conocida su animadversión contra mi persona desde hace muchos años, con el caso Convenios él cruzó ciertos límites que son inaceptables».
Y aunque aclara que no ha sido citado a declarar por la Fiscalía, es claro en sostener que, si tiene que hacerlo, «voy a aportar todos los antecedentes para acreditar mi inocencia y que la justicia aclare mi absoluta no vinculación al Caso Convenios”.
Acción judicial uno por uno
En el caso del senador socialista Fidel Espinoza, Jackson fue enfático en señalar que «me trató de líder de una banda criminal y al día siguiente, cuando le dieron la oportunidad de arrepentirse por la clara e inequívoca interpretación de sus palabras, dijo que no se arrepentía en absoluto. No contento con eso, a través de su abogado presentó una ampliación de querella en la que me imputa cinco delitos: fraude al fisco, cohecho, tráfico de influencias, asociación ilícita y prevaricación administrativa. Por supuesto, sin aportar absolutamente ninguna prueba. Puede que el senador hoy se arrepienta y serían bienvenidas sus disculpas públicas, pero creo que ante la gravedad de sus acciones debería afrontar con valentía las cosas que dijo e hizo«.
En tanto, en relación a Jorge Errázuriz, comentó que «no por tener todo el dinero que se tenga, se puede pasar por sobre la honra de una persona y mentir deliberadamente para dañarla. El caso que presentamos sobre él es sólido y no deja espacio a la duda sobre su conducta, en este caso delictual».
Finalmente en lo referido a la UDI, explicó que «en una carta firmada por la bancada de parlamentarios de la UDI se me imputaron dos delitos: orquestar un esquema de defraudación al fisco y estar directamente involucrado en el robo de 23 computadores y una caja fuerte en el ministerio de Desarrollo Social. Es un partido que dentro de sus filas ha tenido militantes como Pablo Wagner, Virginia Reginato, Iván Moreira, Marta Isasi, Jovino Novoa, involucrados en casos de corrupción –varios con condena–, por lo que con todo el poder que la UDI ostenta, sus dirigentes deberían medir sus declaraciones al referirse de manera calumniosa contra alguien«.
Regreso pero no en primera línea
Volviendo a aparecer en las primeras planas, Giorgio Jackson tiene claro cuáles serán los límites de ese ‘regreso a las pistas’.
«Voy a estar muy ocupado ayudando en lo que se pueda a la conformación del partido Frente Amplio, de la unificación que se está discutiendo y tiene que sancionarse, y de la estrategia con miras a los próximos hitos electorales, que es algo que siempre me ha gustado mucho y espero poder aportar con la experiencia que he ido acumulando en estos años», acota.
Por ello recalca que no veremos su retiro prematuro de la política: «Me es muy difícil imaginarme sin estar vinculado a la política. Desde que me sumé a una organización política en 2008 en la universidad, siempre me ha gustado mucho ser militante, estar a disposición de algo que es más grande que una persona, un proyecto colectivo. Y en ese sentido espero seguir aportando«.
Eso si, ese aporte tiene límites claros, al asegurar que «no estoy pensando presentarme a elecciones. No está en mi horizonte, al menos para los próximos procesos electorales», ni mucho menos encabezar el proyecto unitario del Frente Amplio: «Tampoco estoy pensando en estar en la primera línea de actividad y exposición».