Con una pesada carpeta de trabajo y una aún más pesada mochila de pendientes heredados desde la saliente administración de Alberto Fernández, arribó ayer a la sede que el Ministerio de Defensa comparte con la Jefatura del Ejército y el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (FFAA) el nuevo titular de dicha secretaría de Estado, Luis Petri.
Según detalla el medio digital trasandino Infobae, en distintos momentos de su primera jornada desfilaron por su despacho militares y civiles algunos de los cuales integrarán su staff, también recibió el saludo protocolar de los jefes de la Armada, Fuerza Aérea, Ejército y Estado Mayor Conjunto. “Vimos pasar a un montón de caras conocidas, pero ninguno ocupó un despacho ni atendió un teléfono, según nos indicaron nadie lo hará hasta que se completen las formalidades administrativas sobre las designaciones”, señaló uno de los funcionarios de línea del piso ministerial.
Entre los funcionarios y ex funcionarios que tuvieron el primer mano a mano con Petri se destacan, el coronel Rosas Garay viejo colaborador del mendocino, Alberto Fohrig hombre de confianza de Patricia Bullrich, ex funcionario de la cartera de Seguridad y especialista en narcotráfico y en ciencia política, Luciana Micha actual profesora dela Universidad de la Defensa y reconocida por su actuación en materia de coordinación de misiones de paz y derecho internacional humanitario en gestiones anteriores del ministerio.
Los otros nombres que estarán junto a Petri son Santiago Lucero Torres, actual presidente del Foro Argentino de Defensa entidad que nuclea a civiles y militares de alta graduación que suelen formular propuestas para el sector, el contraalmirante Perez León Barreto, otro ex funcionario de la gestión macrista que volverá al ministerio, que se suma a la presencia en el equipo del coronel VGM Daniel Esteban. La presencia de estos últimos dos marca un giro de 180 grados respecto a la política anterior que marcaba un claro límite al personal militar para ocupar puestos de decisión en la cartera.
Durante las últimas horas también se barajaron los siguientes nombres en su mayoría aportados por la titular de Seguridad Patricia Bullrich, teniente coronel Carlos Becker Fioretti como jefe de Gabinete de Asesores, Carolina Podlesker en Asuntos Internacionales, contador Pablo Costa en Gestión Administrativa, brigadier Vicente Autiero en planeamiento y el también contador Ricardo González en Logística para la Defensa.
Desafíos y «mochila»
Petri adelantó que ya se ha decidido una política definida para el sector y que será política de Estado, no obstante, por ahora su contacto con los jefes militares se limitó a un saludo protocolar quedando para el próximo miércoles y jueves la exposición sobre el estado de situación del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea.
La brevedad del encuentro no impidió que alguno de los altos mandos castrenses le encienda al tablero de Petri su primera luz roja ya que en este momento una docena de aviadores navales junto a una comisión de técnicos noruegos se encuentran “varados” en Estados Unidos a la espera de que se giren los primeros US$ 10.000.000 para que el primero de los cuatro aviones Orion P3 de reconocimiento aéreo pueda llegar al país.
El dato no es menor ya que el contrato firmado por la gestión saliente implica una erogación de 60 millones de dólares por cuatro aviones no tiene posibilidades de anulación sin penalidades.
También se puso en conocimiento de algunos de los futuros funcionarios la incertidumbre castrense acerca de qué manera se conjugará la política de ajuste con todos los planes en marcha para el sector entre ellos la parte final de la equiparación salarial del personal militar.
“Tenemos recursos financieros suficientes para terminar todos los planes en desarrollo correspondientes al último trimestre del año, pero ante el cambio de gestión y los anuncios sobre que “no hay plata” todo está paralizado a la espera de definiciones urgentes”, reconoció uno de los altos mandos con destino en Azopardo 250.
Lo que expondrán los altos mandos a Petri
Las fuentes militares consultadas por Infobae indicaron que, «con extrema ansiedad», los altos mandos le expondrán a Petri durante el primer encuentro de trabajo las siguientes cuestiones.
Atraso en los ascensos militares. Alberto Fernández dejó el cargo sin firmar el decreto de ascenso de oficiales subalternos y jefes que no requieren acuerdo del Senado. Esto sumado al consuetudinario atraso que la última gestión presidencial tuvo para con el envío de pliegos del personal superior al Poder Legislativo durante los últimos cuatro años hace que, en la actualidad -ya en las puertas de 2024- decenas de oficiales que deberían haber ascendido en 2022 y aún no lo han hecho.
Proyecto de Ley del personal militar. La norma enviada al Congreso por la gestión saliente fue fruto de un trabajo realizado con un alto consenso de los equipos técnicos de las fuerzas y la participación de representantes de varios espacios políticos. El proyecto quedó en un limbo y por falta de tratamiento durante el año legislativo, a punto de finalizar, saldrá de la agenda parlamentaria el 31 de diciembre y será necesario el reenvío de ésta en marzo de 2024.
Relevo de las jefaturas de Fuerza y rotación en el EMCO. Al margen de algunas charlas informales de oficiales de las FFAA con los equipos de trabajo liderados en su momento por la vicepresidente Victoria Villarruel, Luis Petri deberá solicitar en las próximas horas los legajos de los oficiales con posibilidades de comandar las tres fuerzas armadas.
De la misma manera, y asumiendo que fue una promesa de campaña para el sector, los militares esperan que se cumpla con la rotación entre fuerzas para relevar al Teniente General Paleo. Siguiendo la tradición este turno correspondería a la Armada.
Voceros militares filtraron al equipo de Petri el malestar reinante entre los altos mandos por recientes declaraciones del actual titular del organismo conjunto donde expresamente menciona la necesidad de relevar a todos los jefes y subjefes de fuerza, pero nada dice sobre la necesidad operativa que indica que distintas fuerzas deben ejercer el máximo rol militar del país.
Compra de cazas F-16
Nadie sabe a ciencia cierta qué pasará con la concreción de la compra de los aviones caza F16 para la Fuerza Aérea Argentina a un costo superior a los US$ 350.000.000. La operación ya autorizada por el Congreso de EE.UU. incluye un punto de particular sensibilidad.
Hace alrededor de un año Estados Unidos planteó a la Argentina que si el país “donara” a sus pares de Ucrania dos helicópteros MI-171E que en la actualidad se mantienen fuera de servicio por haberse suspendido desde Rusia el contrato de mantenimiento de estos por efectos de la guerra, el costo de la operación podría reducirse drásticamente o bien se le podría proveer al país de todo el armamento de los F16 a valor simbólico.
La concreción de esta donación implica un claro posicionamiento de Argentina en relación con la invasión a Ucrania por parte de Rusia. La propuesta fue desechada de plano por el anterior gobierno, pero se da por sentado que durante su encuentro con el presidente Milei, Volodimir Zelensky planteó la cuestión. Un dato no menor es que en forma previa a la donación Argentina debe informar a Rusia si es que no pretende generar un conflicto diplomático por abastecer de armamento ruso a su actual contrincante.
“No sé cómo está siendo la transición en otras áreas de gobierno, pero en esta se puede afirmar que no solo no la hubo, sino que además hay decisiones que tomar en las próximas horas que necesitan que el equipo este conformado y ocupando sus lugares, tal vez los militares seamos demasiado ansiosos”, concluyó uno de los altos mandos que entregará su cargo en los próximos días.
(Con información de Infobae)
