DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — Durante años, el cambio climático ha sido un factor —no el único— en guerras y conflictos. Ahora, por primera vez, es parte de un acuerdo de paz.
Un añejo enfrentamiento que había convertido la elección de la sede de la cumbre climática de Naciones Unidas del próximo año en una telenovela y un misterio se resolvió como parte de un intercambio de prisioneros entre Azerbaiyán y Armenia. Eso dejó la mesa puesta para que el foro climático COP29 de 2024 se lleve a cabo en una ciudad en donde se desarrolló uno de los primeros yacimientos petroleros hace unos 1.200 años: Baku, Azerbaiyán.
Esto también significa que una potencia petrolera albergará por segundo año consecutivo la cumbre climática —la cual suele enfocarse en eliminar los combustibles fósiles. Y será el tercer año en fila en que la ONU lleve a cabo su conferencia insignia, en la que las protestas y la participación civil a menudo ocupan el escenario central.