Por: Hugo Barra, Director Liga Marítima de Chile
«La prosperidad de China dependerá del océano y promoverá la construcción de su Poder Marítimo», Xi Jinping Presidente de la República Popular China – 2013.
Li Hongzhang o Li Hung-Chan (1823 – 1901), fue un líder Militar, diplomático y verdadero estadista de la dinastía Quing, quien no obstante un experto en la guerra terrestre, comprendería tempranamente la necesidad de obtener el control de las líneas de comunicaciones marítimas para sustentar el desarrollo del “país continente”.
Su gestión, orientada por el progreso de Europa y no obstante planificada hacia la modernización industrial y militar de China, hubo de focalizarse en combatir la rebeliones de los señores feudales en Taiping (1852-1868), Nian (1852-1868) y la de los Boxers (1900), negociar los intereses chinos luego de las derrotas en la Guerra contra Francia (1883-1885) así como la derrota en la 1era Guerra Sino-Japonesa (1894-1895), roles que le confirieron el reconocimiento de la Reina Victoria, y el apodo del “Bismark Amarillo” por parte de la prensa francesa.
Así las cosas una China derrotada, fraccionada y sin dudas hambrientas, comprendió que su necesidad vital era….alimentar al pueblo. La visión de una China moderna, industrializada, receptiva a los desarrollos de Europa fue rechazada por la casta gobernante, postergando el visionario e imprescindible desarrollo naval y marítimo que Li Hung-Chan quiso implementar.
Así las cosas, la primera mitad del siglo XX fue la de la China anárquica, de luchas territoriales, de pérdida de soberanía (Hong Kong, Macao, Tibet, Taiwán) y carente de un liderazgo unificado. Pero a partir de 1943, Mao Zedong (1893 – 1976) asume secuencialmente la Presidencia del Partido Comunista, la Presidencia del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, la Presidencia de la Comisión Militar Central de la República Popular China, la Presidencia del Gobierno Central de la República Popular China, culminando la toma del poder total al ser investido como Líder Supremo de la República Popular China el 1 de Octubre de 1949.
Mao, no obstante de ideología marxista-leninista, se diferencia tempranamente de la URSS y privilegia a la clase campesina como motor de la revolución (Maoísmo). Su presidencia se caracterizó por la reunificación territorial y política de China, la creación del Ejército Popular de Liberación, su lucha contra la ocupación Japonesa y la expulsión de las tropas nacionalistas de Chiang Kai-Shek a la Isla de Taiwán y,…..su fracasada reforma agraria (Gran Hambruna 1959 –1961).
Quienes tuvieron por deber dirigir los destinos del gigante asiático después de Mao Zedong, a decir, Deng Xiaoping, Jiang Zemin y Hu Jintao, vivieron los profundos cambios sociales que experimentó la civilización occidental, y la desintegración de su modelo y referente ideológico, la URSS, obligando así a que China asumiera un rumbo propio.
Deng Xiaoping (no importa el color del gato,…….) quien desde 1978 ostentaba la Presidencia del Partido Comunista Chino y del Comité Militar de la RP China, fue testigo en 1989 de la independización de las 15 repúblicas de la URSS, la caída del Muro de Berlín (Nov 1989), la liberación de Mandela en Sudáfrica (Febrero 1990), la renuncia de Margaret Thatcher en UK (Nov 1990), la elección de Lech Walesa como Presidente de Polonia (Dic 1990) y la dimisión de Gorbachov y desintegración final y formal de la Unión Soviética en Diciembre de 1991. Beijing veía a los EEUU erigirse como el sheriff de un mundo brutalmente unipolar.
Coincidentemente, el sistema democrático, como fórmula de administración política en países llamados a ser referentes y modelos del desarrollo político integral, sufría una severa crisis.
Las instituciones que la sustentaban, Iglesias, Familia, FFAA, Maternidad, Autoridad, etc. Pasaban por profundas crisis, desnudando las debilidades y consecuentes vulnerabilidades de un sistema de administración política expuesto al populismo desbocado, alimentado por nacientes redes sociales irresponsablemente utilizadas.
Al amparo de supuestas libertades y derechos individuales se conformaron estructuras sociales profundamente anárquicas y egoístas, dispuestas a acaparar solo para si, las oportunidades que el libre desarrollo de capacidades individuales e iniciativas privadas brinda, relegando y circunscribiendo responsabilidades sociales y deberes políticos, a castas gobernantes de cuestionables competencias intelectuales y/o éticas, que solo usaban y abusaban del populismo para la captura del poder.
Individualismos que también se manifiestan hoy en muchos organismos internacionales, que asemejándose más a verdaderos carteles ideológicos, distan de poder dar satisfacción a los nobles propósitos para los cuales fueron creados.
Así las cosas Deng Xiaoping, no estuvo dispuesto a arriesgar las transformaciones estructurales que requería la China moderna, por situaciones que el partido consideraba “coyunturales”, y por tanto no dudó en reprimir brutalmente la revuelta de Tiananmen (1989), mientras simultáneamente, rejuvenecía la cúpula del partido e impulsaba de la liberación del desarrollo económico de China, a la iniciativa privada. Mismas políticas y estrategias de desarrollo que siguieron sus sucesores Jian Zemin (1989 – 2002) y Hu Jintao (2003 – 212).
Si el período de gestión de Li Hung-Chan representó para China, tragedia y humillación, la gestión de Xi Jinping, Ingeniero Químico, Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de China, Presidente de la Comisión Militar Central y Presidente de la República Popular China desde 2013, representa la modernidad (al estilo Chino) y la captura de oportunidades que esta vez, China no dejará escapar. Ambos líderes, separados por más de un siglo, advirtieron en sus respectivos tiempos los cambios políticos y tecnológicos, que estaban modificando el orden mundial, ante lo cual deberían hacerse ajustes estructurales de beneficios estratégicos.
Pero Xi Jinping hereda, lidera y conduce férreamente y sin pausa, a una China poderosa, que administrada bajo un régimen, que desde el prisma occidental denominaríamos, una Dictadura Capitalista, que si bien es cierto “controla libertades” (a veces brutalmente), hace un mayor énfasis en la administración política del “acceso a las oportunidades” de sus más de 1.400 millones de habitantes, con resultados hasta hoy, más que satisfactorios.
Oportunidades, progreso y riqueza que hoy diseminan y multiplican los Intereses Nacionales de China mucho más allá de sus fronteras; Intereses Nacionales de Ultramar cuya calidad y cantidad, demandan para su resguardo y eventual defensa, el desarrollo y empleo efectivo de los instrumentos del Poder Nacional en general y del Poder Naval de la RPC en particular.