Por: Ignacio Gonel, fundador de Mago
Aunque suena paradójico, desde que comenzó a regir la ley 20.015 de inclusión laboral en abril del año 2018, y haber aumentado las oportunidades para personas con discapacidad para unirse al mundo laboral, surge un nuevo desafío que es realmente incluirlas en una relación igualitaria. Principalmente porque la diversidad e inclusión es algo mucho más profundo que sólo cumplir con el 1% de la dotación con personas en situación de discapacidad.
Cada vez más, existen empresas comprometidas para crear ambientes diversos e inclusivos, que desarrollan políticas de diversidad e inclusión y preparan a sus personas e instalaciones. Pero los desafíos van mucho más allá de sólo lo formal. Sin embargo, los beneficios son muchos, porque contar con equipos diversos e inclusivos trae nuevas ideas y soluciones para que puedan aportar desde distintos puntos de vista y experiencias.
En temas de diversidad, sin duda, ha habido un gran avance, al incluir puestos de trabajo para personas con diferentes habilidades físicas, diversidad de género, nacionalidad y segmento etario. Pero donde existe una gran oportunidad, que pocos han capitalizado, está en la inclusión, que no es lo mismo que diversidad.
Diversidad versus Inclusión
Inclusión quiere decir incluir e incorporar a personas distintas a trabajos comunes, obteniendo un resultado que es más que la suma de las partes. Para lograrlo es necesario trabajar en la cultura de la organización, en las habilidades de las personas y los paradigmas culturales que tienen.
Existen varias empresas que están a la vanguardia, en las que el área de personas se ha preocupado – no sólo de todos los aspectos formales, también culturales – para no sólo ser diversos sino también inclusivos. Preparando sus instalaciones, creando políticas, mecanismos, y capacitando a sus personas. Pero son muy pocas empresas las que cuentan con el apoyo real del comité ejecutivo y consideran este tema como parte fundamental del desarrollo de su cultura organizacional.
Aunque muchas organizaciones hacen un gran esfuerzo, se detienen ante lo cultural y la razón principal es porque es un proceso a largo plazo y que requiere el total compromiso de la empresa.
La experiencia muestra que para crear una cultura de diversidad e inclusión se debe trabajar con programas que orienten y puedan apoyar a las empresas a convertirse en espacios realmente diversos e inclusivos. Los expertos en marketing interno o endomarketing, saben la importancia de la comunicación para construir realidades, impactar en las creencias de las personas y transformar la manera en que se relacionan. Pero no basta sólo con comunicar, es necesario que estos programas sean holísticos, esto quiere decir, que desde sus políticas, mecanismos, infraestructura, y cultura, estén en una misma sintonía y tengan una relación simbiótica.
Un futuro inclusivo
Existen muchos casos donde la inclusión es 100% real y esas empresas disfrutan de ambientes creativos, cálidos, con equipos afiatados donde nadie tiene miedo de ser quien realmente es. La base de la cultura organizacional – más allá de su propósito, valores, ética, y elementos de la marca – se construye en base a la confianza que se crea entre las personas, que abarca desde el directorio hasta el último eslabón en la cadena de valor. Cabe señalar que, en las organizaciones, donde las personas no confían unos en otros y los colaboradores no se sienten seguros para ser auténticos se hace prácticamente imposiblecrear una cultura que garantice alcanzar los objetivos estratégicos y hacer reales los atributos y promesas de la marca.
Entre los jóvenes es cada vez es más invisible la diferencia entre las personas porque la inclusión se da de manera natural. En las empresas, pasa el mismo fenómeno, en la mayoría de las startup o empresas jóvenes es una realidad, sin embargo, organizaciones con más años o tradicionales requieren de una adaptación que implica trabajo y planificación. Con el tiempo, todos irán adoptando una cultura de inclusión, que creará espacios de trabajo felices, creativos, e inspiradores.