Aprendamos a decir «no» a las dietas restrictivas y «sí» al desarrollo una relación saludable con los alimentos.
No es un secreto que al restringir de forma estricta los alimentos que consumimos es cuando no se logran los resultados deseados y el objetivo de las “dietas”, además de que estos comportamientos tienen un impacto negativo en la salud y bienestar general.
Por ello, cada vez está más en auge otras opciones para mantenerse sano y que ayudan a las personas a realizar las paces con la comida, siendo el caso de la alimentación intuitiva, explica Ana Cristina Gutiérrez, nutricionista de Herbalife.
“La alimentación intuitiva se basa en escuchar y responder a las señales internas del cuerpo para satisfacer las necesidades de hambre, saciedad y satisfacción. En lugar de seguir reglas estrictas de dieta, se alienta a las personas a confiar en su intuición y a disfrutar de una variedad de alimentos sin restricciones. Este enfoque ayuda a restablecer una relación equilibrada con la comida y promueve una alimentación consciente”.
Según expertos en nutrición, una alimentación intuitiva puede tener grandes beneficios. Algunos de ellos incluyen una mayor autoaceptación y autoestima, una reducción en los trastornos alimentarios y la preocupación por el peso, una mejora en la relación con el cuerpo, una mayor flexibilidad y placer al comer, y un enfoque más sostenible y duradero para el bienestar general.
Los principios de la alimentación intuitiva, derivados del libro de Evelyn Tribole y Elyse Resch son:
• Rechace la mentalidad de la dieta.
• Honre el hambre.
• Haga las paces con la comida.
• Desafíe a la policía alimentaria.
• Sienta la saciedad.
• Descubra el factor de satisfacción.
• Maneje las emociones sin usar alimentos.
• Respete el cuerpo.
• Movimiento: sienta la diferencia.
• Honre la salud nutriéndose con amabilidad, comer de forma respetuosa y amorosa, comer sanamente depende de cada cuerpo, incluir todos los tipos de alimentos de forma sabia.
La alimentación intuitiva ha demostrado tener numerosos beneficios para la salud al permitir una relación más saludable con la comida para:
• Reducir la ansiedad alimentaria.
• Mejorar la autoestima y la imagen corporal.
• Promover un peso estable y reducir los comportamientos alimentarios desordenados.
“Es importante que entendamos que no hay alimentos buenos o malos, sino formas y tiempos de consumirlos. Cada persona es un mundo y esto significa que, con una alimentación balanceada, acompañamiento de un profesional en nutrición y esfuerzo, puede haber un cambio positivo en la salud”, concluye Gutiérrez.