Por: Gabriela Garnham, gerente general de la Asociación de Dispositivos Médicos de Chile (ADIMECH)
El próximo 26 de agosto se cumplen 3 años y más de mil días desde que se promulgó la Ley del Cáncer. Pese a que esta normativa prometía agilizar los procesos de detección y tratamiento de esta patología, el escenario dista de ser auspicioso, con más de 14 mil pacientes en listas de espera GES en 2023.
En la actualidad, el cáncer es la principal causa de muerte en nuestro país, las cuales alcanzan 28.443. La International Agency for Reseach on Cancer estimó que, para el año 2040, los decesos causados por esta enfermedad llegarán a 55.698 en Chile.
Si bien desde el Ministerio de Salud se han diseñado estrategias para garantizar la entrega de las prestaciones de cáncer y disminuir los tiempos de lista de espera, diversos expertos coinciden en la necesidad de reforzar el diagnóstico precoz, que vivió un evidente retroceso en los años de pandemia. Diagnóstico donde la tecnología en salud juega un rol preponderante.
Gracias a dispositivos médicos cada vez más innovadores, hoy es posible obtener diagnósticos más precisos que permiten focalizar mejor los tratamientos, impactando en la calidad de vida de las personas.
Los dispositivos médicos están presentes en la mayoría de los exámenes necesarios para detectar los distintos tipos de cáncer. Entre ellos se cuentan las pruebas de laboratorio y genéticas, los marcadores tumorales y los exámenes de imagen (como mamografía, rayos X, ecografía, resonancia magnética, tomografía, medicina nuclear, PET). Así, mientras algunos dispositivos médicos permiten identificar la localización exacta del tumor, para un tratamiento adecuado y oportuno, otros pueden detectar lesiones no palpables en el examen físico; o diagnosticar y realizar seguimiento a la respuesta al tratamiento.
Hoy, más que nunca, nos ponemos a disposición del ecosistema de salud, autoridades y comunidad en general, para que, juntos, podamos acortar estas brechas, buscando más eficiencia e incorporando tecnología en salud segura y de calidad en todo el ciclo de atención de los pacientes con cáncer. Dispositivos médicos que, en definitiva, han demostrado ser pieza fundamental en el diagnóstico y tratamiento de millones de enfermos de cáncer en nuestro país y el mundo.