Reunión internacional para la protección antártica, realizada en Chile, concluyó sin resultados concretos. Se espera que próxima instancia en octubre pueda avanzar en Áreas Marinas Protegidas (AMP) en la región.
La Reunión Especial de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA, o CCAMLR por sus siglas en inglés) concluyó en Santiago el pasado viernes 23 de junio sin avances concretos para asegurar la protección oceánica necesaria para la Antártica.
Esta fue la tercera Reunión Extraordinaria en los 40 años de historia de la CCRVMA, con el objetivo de abordar el estancamiento de los últimos seis años en el avance hacia el establecimiento de un sistema representativo de Áreas Marinas Protegidas (AMP) en el Océano Austral. El último avance se produjo en 2016, cuando la CCRVMA acordó adoptar la mayor AMP del mundo en el mar de Ross, resguardando más de 2 millones de kilómetros cuadrados de hábitat crítico y proporcionando protección a miles de especies.
Las propuestas para establecer AMP en la Península Antártica, el Mar de Weddell y la Antártica Oriental han estado sobre la mesa de negociación durante años, con la propuesta de la Antártica Oriental considerada por primera vez por la CCRVMA hace más de una década. Si se acordaran estas AMP, se protegerían casi 4 millones de kilómetros cuadrados de hábitat crítico del Océano Austral.
«Estamos decepcionados por la constante falta de progreso cada año, mientras el medio ambiente antártico sigue calentándose. Esta podría haber sido una oportunidad histórica para que la CCRVMA se visualizara como un líder mundial de la conservación. Es cada vez más preocupante que sólo unos pocos miembros sean capaces de inclinar la balanza en esta región para priorizar la pesca por sobre la conservación», declaró Emily Grilly, Directora de Conservación Antártica de WWF Australia.
Ya hay pruebas de que el cambio climático está afectando a las poblaciones de krill en torno a la Península Antártica, una de las regiones del planeta que más rápidamente se está calentando. El hielo marino antártico, un hábitat importante para el krill, alcanzó mínimos históricos varias veces este año. El krill es uno de los pilares de la cadena alimentaria antártica: ballenas, pingüinos y aves marinas dependen del krill para sobrevivir. También hay cada vez más pruebas de la importancia del krill antártico para el ciclo global del carbono, ya que almacena millones de toneladas de carbono cada año.
La Península Antártica alberga una pesquería industrial de krill gestionada por la CCRVMA. Durante varios años se ha debatido la actualización del marco de gestión y el refuerzo de las medidas de gestión de la pesquería, pero los avances han sido lentos.
«Preocupa que la gestión actual de la pesquería de krill permita la concentración espacial de las operaciones pesqueras alrededor de la Península Antártica. Esto ejerce una presión adicional sobre el krill y sus depredadores, que ya están luchando por adaptarse a un entorno cambiante», afirmó Matt Spencer, especialista polar de WWF Reino Unido.
El establecimiento de un sistema de AMP en el Océano Antártico proporcionaría un refugio seguro a los depredadores de krill para adaptarse a los impactos de un clima más cálido y a las presiones de la pesca concentrada, al tiempo que protegería un hábitat crítico para especies altamente migratorias.
Las ballenas migran desde las aguas templadas del Pacífico Oriental hasta la Península Antártica. «Estamos aprendiendo más sobre las amenazas a lo largo de estos corredores azules de ballenas. Es necesaria una protección urgente para resguardar a las ballenas de la pérdida de hábitat, el cambio climático, las colisiones con embarcaciones y los enredos con artes de pesca. Tenemos el deber de proteger estas especies tanto cerca, a lo largo de nuestras zonas nacionales costeras, como lejos, en la Antártica», dijo Yacqueline Montecinos, Coordinadora de Biodiversidad Marina y Política Oceánica de WWF Chile.
La 42ª reunión anual de la CCRVMA, que se celebrará en octubre de 2023, será la próxima oportunidad para avanzar en los debates sobre una red de áreas marinas protegidas en el Océano Austral.
«Para hacer frente a las principales amenazas a la vida marina en el Océano Austral, los países tendrán que intensificar sus esfuerzos para llegar a un consenso sobre el establecimiento y la gestión de nuevas Áreas Marinas Protegidas para la Península Antártica, el Mar de Weddell y la Antártica Oriental», señaló Pepe Clarke, Líder de la Práctica de Océanos de WWF Internacional. «La declaración de estas Áreas Marinas Protegidas proporcionará refugios vitales para la fauna antártica como ballenas, focas y pingüinos, y supondrá una importante contribución a la protección del 30% del océano para 2030.»