viernes, noviembre 22, 2024

Aviones de combate y satélites fueron temas de la reunión “reservada” entre Ministro de Defensa argentino y embajador de China

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La potencia asiática sigue apostando por reforzar su influencia en el vecino país, el cual sufre por el decadente estado de sus Fuerzas Armadas y la falta de recursos para renovarlas.

Mientras el ministro de Economía, Sergio Massa, se encuentra en Shanghai buscando recursos para la complicada billetera fiscal argentina, en Buenos Aires su par de Defensa, Jorge Taiana, se reunió el pasado 31 de mayo con el embajador de China, ZouXiaoli, en una reunión “reservada” con agenda abierta, pero que habría tenido entre sus puntos principales las aspiraciones del vecino país para adquirir aviones de combate que reactiven a esta agonizante rama de su Fuerza Aérea.

Reunión reservada muy entre comillas, porque diversas fuentes al interior del Ministerio se encargaron de filtrar diligentemente varios detalles de la misma, buscando crear expectativas con poco respaldo ante el presupuesto menguante que manejan las Fuerzas Armadas trasandinas.

“Se habló de las aeronaves militares y de la evaluación que está haciendo el gobierno argentino, pero aún no hay definiciones concretas”, habría indicado una fuente gubernamental a La Nación, mientras que El Cronista redondeó que se trató de «una reunión con agenda abierta donde se ampliaron detalles de temas que el ministro Massa está trabajando en paralelo en su visita China en estos momentos y nada está aún cerrado pero hubo avances importantes», según una “calificada fuente” del Ministerio en cuestión.

En este contexto, el Gobierno argentino intenta avanzar “sigilosamente” en negociaciones de eventual adquisición de equipo militar chino, que consideraría los anhelados aviones de combate supersónicos para la Fuerza Aérea, municiones y sistemas satelitales de control de espacio aéreo.

El Cronista añade que pese a haber definiciones concretas el ministro de Defensa y el diplomático oriental sí conversaron en detalle la posible compra de los aviones de combate JF-17 Thunder, apararomultirrol ligero desarrollado y fabricado conjuntamente por China y Pakistán.

El medio aseguró que, en caso de concretarse la compra, las aeronaves serían usadas por la Fuerza Aérea “para tareas de patrullaje en el Atlántico Sur”. 

Se señaló además que en el encuentro, Taiana y Xiao hablaron también sobre “cooperación en sistemas satelitales, extensión de la cooperación en soluciones informáticas y digitales en provincias argentinas y la adquisición de vehículos blindados 8×8 fabricados por la firma china North Industries Corporation (Norinco)”.

El embajador de China en Argentina, ZouXiaoli, junto al ministro de Defensa transandino Jorge Taiana.

Cabe recordar que actualmente la rama de combate de la FAA se ha reducido a su mínima expresión tras la baja obligada por cumplir su vida útil de los aviones Mirage, restando apenas unos 5 viejos aviones A-4 Skyhawk de procedencia estadounidense, adquiridos de segunda mano en los años 90.

Argentina reclama que los bloqueos británicos le han impedido adquirir el material para renovar su flota aérea de combate luego de la desastrosa guerra por las islas Falklands de 1982, aunque en realidad la ausencia de una real política para tal efecto, sumado a la falta de recursos de parte de los diversos gobiernos de turno, han hundido a la rama aérea de la defensa trasandina (fenómeno que se repite en su Marina y Ejército).

Por ello, en el vecino país buscan alternativas que les permitan evadir los vetos británicos por equipos, partes y piezas, lo que les ha llevado a evaluar esta alternativa china, como también el caza HAL-Tejas fabricado por India, otro país que está deseoso de expandir su industria militar a nuevos mercados.

Sin embargo, recuerda El Cronista, “el tema de la eventual compra de los aviones JF-17 Thunder para su posible adopción está bastante avanzado. Ya hubo pruebas de vuelo que se realizaron en la Corporación estatal CATIC. El embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, estuvo a cargo de la gestión política y diplomática en la capital china, apoyado por el Agregado de las Fuerzas Armadas, General Norberto Zarate”.

En medio de este tira y afloja Estados Unidos puso sobre la mesa una oferta por aviones F-16 A/B actualmente operados por Dinamarca. Sin embargo, el uso de componentes de origen británico y la creciente posibilidad de que los aparatos terminen en manos ucranianas como parte del apoyo occidental a este país en su guerra contra Rusia, enterrarían esta oferta, dejando sobre la mesa las opciones de China e India.

Y, justamente, la próxima semana llegará a Buenos Aires una delegación india para analizar en el Ministerio de Defensa este tema, dejando aún abierta una decisión crítica para la defensa argentina, pero sobre la que todos los analistas estiman que la falta de recursos frescos deja en una gran interrogante incluso a largo plazo.

Potenciar los intereses geoestratégicos argentinos

Consultado el analista internacional y conductor de Las Cartas Sobre la Mesa de Infogate, Guillermo Holzmann, sobre estas aspiraciones del vecino país, señaló a Infogate que «Argentina ha mostrado un evidente interés en los últimos dos años por buscar acceder a plataformas de sistemas de armas aéreas, navales y terrestres que les permitan no solo modernizar sus sistemas de defensa, sino que también incluye aspectos de transferencia tecnológica, conforme sus intereses manifiestos en la zona del Atlántico y el Pacifico. Esta motivación ha llevado a que las ofertas de potencias que incluyen a China (quien ya tiene acuerdos aeroespaciales y de defensa con Argentina), se sumen las ofertas de India, Rusia y Turquía entre otros».

Añadió que «la causa Malvinas (Falklands), que es parte de la política exterior del país, plantea restricciones importantes para acceder a sistemas de armas de última generación e impacta considerablemente en su relación con la OTAN y el Occidente liderado por Estados Unidos, generando un eventual desequilibrio en distintos dominios estratégicos de relevancia en esta y las próximas décadas, donde los conflictos se definen como de multidominio».

«Es igualmente notable tener presente que las mismas empresas de las potencias alternativas a ese Occidente, también están ofertando sistemas de armas a Brasil, lo cual permite plantear como hipótesis una separación en los intereses oceánicos y aeroespaciales en países de América del Sur, lo cual constituye una alerta política y estratégica al existir una diferencia importante en temas esenciales para pensar en la integración regional. En el ámbito de la defensa, dificulta la cooperación frente desastres, por ejemplo, y la posibilidad de realizar ejercicios combinados de cooperación, al poseer distintas plataformas de mando y control» acotó.

En ese sentido, acotó que, «en una perspectiva macro y global, un cambio de la tecnología asociada a sistemas de armas, comunicaciones y satélites, por ejemplo, conlleva alianzas distintas a las actualmente existentes, basadas en tecnología y sistemas occidentales. El solo hecho que los conflictos del siglo XXI se definan como de multidominio disminuye las posibilidades de alianzas especificas en temas de seguridad internacional, considerando la relevancia de los océanos, el espacio y la Antártica».

Finalmente, destacó que, «en términos simples, la llegada de sistemas de armas de última tecnología de procedencia China, Rusa, India, Turca u otra genera desbalances y plantea desconfianzas entre los países y fortalece la presencia de potencias en el mal denominado ‘patio trasero de EE.UU'».

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