Por Nicolás Gagliardi, director nacional de Vinculación con el Medio, de AIEP
Un error en el algoritmo de georreferenciación en la asignación de mesas electorales por parte del Servicio Electoral (SERVEL), podría generar confusiones, retrasos e incluso la imposibilidad de votar para algunas personas. Por ejemplo, aquellas personas que viven en la calle Isla Mocha de la región Metropolitana fueron asignadas en Isla Mocha, en la región del Biobío.
Si bien las herramientas digitales facilitan tareas complejas -como asignar mesas electorales para 15 millones de personas-, este error pone de manifiesto la importancia y relevancia de pensar en las personas, comunidades y entornos en que se insertan, involucrarles en los procesos y reconocer las brechas y desafíos que enfrentamos como país.
La dinámica territorial y social advierte dificultades para acceder a transporte, conectividad, servicios de salud y educación, sobre todo en sectores rurales y/o aislados, afectando el desarrollo de las comunidades, bienestar y calidad de vida.
La educación superior, a través de la función misional de vinculación con el medio, desempeña un rol fundamental, adquiriendo la responsabilidad de conectarse con su entorno, comprendiendo y atendiendo a sus particularidades, necesidades y desafíos.
Es vital, por los desafíos presentes y futuros, que las instituciones de educación adopten y fortalezcan un enfoque territorial en sus acciones, que considere las características del entorno donde se sitúan y generen mecanismos que potencien el desarrollo local. Para lograr un impacto positivo y sostenible, esto implica, necesariamente, colaboración y co-construcción con otros actores relevantes, como el sector productivo y de servicios, organizaciones sociales y autoridades públicas y privadas.
Las personas, comunidades y el entorno en que se sitúan, están llenos de oportunidades para enriquecer las decisiones. Más temprano que tarde, sus aportes van a complementar y/o fortalecer lo que los algoritmos nos vienen a facilitar.