Los dichos sin filtros vertidos por la presidenta del PPD, Natalia Piergentili, más allá de que incomodan y hacen sentirse ofendidos a los aludidos, pone sobre la mesa de las redacciones de los medios un elemento que no se da con frecuencia en el mundo político en particular, como es la franqueza y el decir las cosas por su nombre y en on, porque todas las autoridades en off dicen una cosas y a la hora de apretar «rec» cambian totalmente sus dichos, los moderan, los adornas con eufemismos, algo que no hizo doña Natalia, que una vez dicho lo que dijo tuvo que salir a pedir perdón pero sin cambiar el fondo de su crítica. Lo que sin duda marca este Comité Político Ampliado que se realiza esta mañana en La Moneda y al cual debiera asistir Piergentili y se deberá enfrentar a algunos monos peludos que algo le dirán.
Y lo que critica con fuerza la ex subsecretaria de Economía es la falta de autocrítica de las fuerzas oficialistas que están divididas en las nuevas generaciones del FA y la vieja política que representa el PS, el PPD y los restos de la DC y PR, porque al final del cuento lo que reclama la vieja política (Piergentilli) es que están fuera de los círculos de la administración del poder que les permite generar esas adhesiones electorales que les ha sido adversas, así lo plantea en parte de las confesiones que hizo a La Tercera el domingo: «No he tenido la posibilidad de conversar con todos los actores. Pero yo creo que no existe hasta ahora un análisis profundo sobre una decisión. ¿Cuál? ¿Yo le quiero seguir hablando al 30%, a los míos, a los que votaron Apruebo, a los que votaron por mi lista, o quiero volver a ser una mayoría social y política? Y yo creo que eso hay que declararlo, porque cualquiera de las dos cosas es absolutamente válida. Si tú me preguntas a mí, yo estoy por volver a construir mayorías sociales y políticas», sostiene y dice algo revelador en relación a la unidad: «Si la unidad es que seamos una sola coalición, yo creo que eso no va a pasar. Por miles de razones. Pero si el Presidente nos dice, “yo los invito a la unidad para gobernar con esta agenda, para legislar con estas prioridades”, eso sí se puede hacer».
Aunque la entrevista tiene varias luces interesantes por lo descarnado del análisi, todos nos quedamos con esta repuesta malabaresca y punzante:
«¿No ve interés de autocrítica en ese mundo? Yo creo que sí. Pero por eso te digo que es tan importante tomar esa decisión de base. Si les quieres seguir hablando a los monos peludos, al 30% que tienes, a les compañeres, no creo que tengas ganas de hacer autocrítica. Sigues apapachando a ese sector con la agenda de identidad sexogenérica y todas esas leseras. Ya. Pero si dices “chuta, nosotros fuimos mayoría social y política. Nuestros planteamientos fueron parte de la reconversión de este país y hoy día no lo somos”, pucha que te queda una brecha de autocrítica.