- Expertos de Audiolander, la única tienda on-line de venta de licencias de sincronización de música y audio creada en Chile por músicos nacionales y pensadas para producciones audiovisuales, a nivel mundial, alertan sobre los riesgos millonarios que arriesgan agencias de publicidad o productoras y sus respectivos clientes por ocupar música que no cuentan con sus licencias en regla.
En 2020 una emprendedora chilena se hizo conocida por su negocio “Miel Gibson”. Si bien en un inicio la mayoría celebró su ocurrencia de usar la imagen de Mel Gibson en los envases y jugar con su nombre para dar a conocer su marca, esto llegó a los oídos del actor y ella terminó con una amenaza de parte sus abogados por utilizar su imagen sin su consentimiento.
Si bien, finalmente la emprendedora pudo ahorrarse juicios y pérdidas millonarias, ya que se llegaron a un acuerdo que cambiaría el logo de su emprendimiento, esto es algo que lamentablemente ocurre en Chile de manera frecuente, más que todo, por la falta de conocimiento de las personas respecto a lo que son los derechos de autor e imagen que están protegidos en Chile, en la mayoría de los países, por ley.
Y pasa exactamente lo mismo con la música. Cuando un compositor (a) crea una obra musical, ésta pasa a formar parte de su propiedad, por ende, aún cuando alguien compre una licencia de sincronización para descargar y ocupar su música en una determinada producción audiovisual, la persona que la adquiere, nunca es dueña de ella, ya que él único propietario es y será siempre el autor, salvo que se acuerde otro contrato que indique lo contrario.
Esta es una de las máximas de la Ley N° 17.336 de la Propiedad Intelectual de Chile que tiene como propósito proteger los derechos de los creadores de distintas obras, entre ellas, las musicales.
Por ende, por ley, los derechos de toda la música que se escucha en comerciales de TV, radio, campañas de redes sociales, películas, publicidades e incluso en tiendas o supermercados, deben ser compradas y adquiridas bajo licencias. Ignorar esto o desconocer estas obligaciones puede ser no solo sinónimo de un gran dolor de cabeza, sino que además de una demanda millonaria para todos los involucrados.
Franco Solari, músico de profesión y con expertise en producciones musicales y fundador de Audiolander, la primera y única tienda on-line de venta de licencias de sincronización de música y audio creada en Chile por músicos nacionales y pensadas para producciones audiovisuales, a nivel mundial, explica “el sistema de licenciamiento en música es complejo y no solo en Chile, sino que en todo el mundo. Y nosotros, con Audiolander, hemos podido constatar que, en agencias de publicidad o entre productores musicales, existe escaso o nulo conocimiento sobre este tema”.
Por su parte, Christian Alvear, Co – founder de Audiolander, agrega que “lamentablemente en el medio chileno aún es posible ver que algunos compran en el extranjero licencias de música que no son aptas para publicidad en televisión, utilizándolas de igual modo, sin el conocimiento de sus clientes, pensando que esto es una buena forma de ahorrar dinero o por simple ignorancia, pero lo que estás haciendo ahí es arriesgar perder millones por no pagar derechos o por no adquirir una licencia de sincronización adecuada para la producción audiovisual. Y, en el caso de las agencias de publicidad, además acarreas a tu cliente a una posible demanda”.
Actualmente, en Chile, según la ley 17.336, usar música sin comprar sus derechos es considerado un delito y es penado con multas que puede ser entre 5 UTM a 50 UTM. E incluso el caso puede ser llevado a juicio si es que, por ejemplo, el creador de la obra, alega daños o perjuicios.
“En la práctica lo que hoy sucede entre quienes deben descargar música para una producción musical es que cuentan con poco tiempo para su búsqueda, así que bajan la primera pista que más o menos se acerca a lo que quiere comunicar, encontrándose posteriormente con problemas como licencias que solo duran un año o con cobertura geográfica limitada, lo que implica que tendrá que volver a pagar si quiere seguir usando esa música o licencias que son limitadas, es decir que no te permiten estar con la música en televisión o en determinados medios”, agrega Franco Solari.
“Muchas veces los productores no saben lo que están comprando, ya que a veces no tienen tiempo para leer el detalle de la licencia y resulta que hay algunas que son limitadas. Por ejemplo, están las que no te permiten usar la música en televisión o sólo son válidas por un tiempo limitado, después del cual hay que volver a pagar. Incluso otras son limitadas a un territorio puntual. Buscando una solución a esto, en Audiolander transparentamos todo con nuestros clientes y les simplificamos la vida ofreciendo tres tipos de las licencias de sincronización: básica, premium y profesional y todas, pueden ser usadas en cualquier parte del mundo, a perpetuidad. Y, además, podemos diseñar licencias especiales para un cliente”, agrega Christian.
Actualmente Audiolander ofrece a los productores y agencias de publicidad una amplia variedad de pistas tanto de compositores chilenos como de más de 20 países del mundo, permitiéndole al productor encontrar, de manera rápida y fácil, música según emoción y género. Además, cuentan con la ventaja de que se trata de licencias de sincronización que pueden ser usadas en todo el mundo, a perpetuidad.
“Nosotros le damos al cliente la tranquilidad de que lo que está comprando cuenta con la licencia y está en regla. Por otro lado, ofrecemos música de alta calidad, ya que contamos con un exigente control de calidad a la hora de seleccionar las pistas que ofrecemos en nuestra tienda online”, finaliza Christian.
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