Hoy la mal llamada clase política hace gárgaras con vidrio molido por la crisis de seguridad o mejor dicho de inseguridad que ha llegado a niveles de países banana (Centroamérica, Venezuela o México), pero no es que esta delincuencia desatada haya brotado como la fábula del frijol mágico, han pasado décadas desde que se encendieron las primeras alertas, de hecho ya en 2010 se hablaba de esta crisis y se han sucedido varios rimbombantes planes gubernamentales para -supuestamente- enfrentar y terminar con la delincuencia, siendo el último presentado por el gobierno de turno que ha bautizado como «Plan Calles sin Violencia», sin mencionar la reformas y anuncios de leyes que endurecerán aún más las penas para los delincuentes.
Muchos planes y nulos resultados
En julio de 2009, en plena campaña Sebastián Piñera lanzó su jamás cumplida frase «un candado a la puerta giratoria (a los delincuentes)» y anunció más policías: «10 mil carabineros más en las calles de Chile protegiendo a los ciudadanos inocentes y llegar con el Plan Cuadrante a todas las comunas del país», por supuesto que esto fue un volador de luces.
Unos meses más tarde, el jueves 14 de enero de 2010 la entonces Presidenta Michelle Bachelet encabezaba la Firma del Convenio de Colaboración del Plan Comunal de Seguridad Pública, suscrito entre el Gobierno y 100 comunas del país, ocasión en la cual se refirió a la importancia de prevenir la delincuencia, más allá de castigarla, y celebró sus logros en esta materia. «Cuando estamos pensando que la solución es más fuerza policial, estamos llegando tarde, porque estamos actuando sobre el delito. Lo que tenemos que hacer junto con actuar frente al crimen, es prevenirlo (…) Cualquiera que diga que hay una ruta corta para garantizar la seguridad en el país, lo dice porque no conoce la complejidad del tema o por alguna otra razón», sostuvó Bachelet.
Unos años más tarde, la delincuencia seguía galopante y libre por Chile, lo que usó como argumento basal de su campaña, Sebastián Piñera, quien el 2 de junio de 2017 aseguraba: “Lo más importante: vamos a combatir la delincuencia y el narcotráfico con fuerza”, el 13 de junio de ese mismo año Piñera fantaseaba -porque no hay otra forma de describir su fallido compromiso-: «Voy a liderar personalmente la lucha contra la delincuencia». Pero nada de esto se cumplió y en su gobierno la delincuencia armada aumentó, al igual que los portonazos, encerronas y las balaceras y eso que bajo ese mandato se dictó la Ley Anti Portonazos de 2019, pero que de poco y nada ha servido.