Por: Guillermo Cornejo Zúñiga, Ingeniería y Empresa UCSH
A la fecha la agencia estatal CORFO ha recibido solo una propuesta para procesar carbonato de litio con grado de batería, dicha propuesta se encuentra en proceso final de evaluación. Me llama la atención, ¿Por qué solo una?, analicemos la oportunidad que tenemos al frente.
El litio es uno de los elementos más valiosos en la actualidad, utilizado en baterías de vehículos eléctricos, dispositivos electrónicos y en la producción de energía renovable. En los últimos años, la industria del litio ha experimentado un rápido crecimiento. Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se espera que la demanda mundial de litio se triplique para 2025. Esto significa que Chile, que posee más de la mitad de las reservas mundiales de litio y es el segundo productor mundial, podría generar un número significativo de empleos asociados a esta industria y mediante recaudación tributaria, contribuir significativamente a la economía y crecimiento del país.
Este desarrollo, sin embargo, enfrenta múltiples desafíos. Para mantener su posición de liderazgo en la producción de litio, Chile debe mejorar la eficiencia de sus procesos de producción, fomentar la innovación y la investigación para mejorar la calidad, reducir los costos y mitigar el impacto medioambiental. Un informe de Greenpeace señala que la producción de litio puede ser altamente contaminante y consumir grandes cantidades de agua.
Existen también, barreras de entrada a esta industria. La producción de litio es costosa y requiere de una inversión significativa en tecnología y equipos especializados. Además, su extracción en Chile se concentra en áreas alejadas, lo que aumenta los costos logísticos y de transporte. En segundo lugar, las barreras regulatorias dificultan el ingreso de nuevos actores, que el Estado sea el propietario del litio limita también el interés de inversionistas y empresas extranjeras.
Pero entonces, ¿Tenemos las herramientas para hacernos cargo de esta oportunidad?, ¿Disponemos de la inteligencia y liderazgos necesarios para este desafío? y por sobre todo ¿Contamos mecanismos que generen ideas innovadoras en la creación de valor de este elemento?
CORFO es uno de los actores relevantes en esta tarea, realiza esa labor, sin embargo, creo que las universidades, sus académicos y alumnos deben trabajar en conjunto con los actores de esta industria. Resulta clave fortalecer políticas y acciones de colaboración entre el mundo productivo y los centros de pensamiento, son muchos los desafíos que su producción requiere. No sólo se requiere inteligencia en su producción, sino que también innovación que le agregue valor. El desarrollo de sistemas logísticos y de transporte, la creación de estrategias financieras y de marketing, el desarrollo y supervisión de acciones de mitigación ambiental, desarrollo de plataformas de capacitación, protocolos de prevención de riesgos, son algunas de las tareas relacionadas.
Lo prometedor de esta nueva industria y sus evidentes requerimientos profesionales, sin duda motivarán el interés de muchos estudiantes para contribuir desde sus distintas especialidades a este desafío presente. Construir baterías, es sólo la tarea inicial.
