Mantener una liquidez sana, asegurando así la capacidad de pago a corto plazo de la empresa, una revisión permanente del presupuesto, y monitorear constantemente el modelo de negocio para ajustarlo a las circunstancias de mercado que se presenten, son algunas de las recomendaciones.
El primer semestre de este año se visualiza complejo para las pymes. Uno de los principales desafíos que enfrentarán será mantener la liquidez del negocio debido al escenario económico que se prevé por la inflación, el alza de las tasas de interés y el menor acceso a financiamiento, factores que impactarán en las ventas y en el alza de los costos operacionales, además de posibles retrasos en los ciclos de cobranzas a clientes.
“Controlar financieramente la empresa y monitorear la tesorería, será fundamental para hacer frente a las necesidades operativas, como son el pago de sueldos, proveedores críticos, cuotas de créditos e impuestos mensuales. Si una compañía no puede cumplir con sus obligaciones operacionales y/o financieras, ni tiene las herramientas para gestionarlas de manera correcta, puede poner en riesgo la continuidad del negocio”, sostiene Gabriel Vergara, CEO de Smart CFO, empresa especialista en administración financiera y tributaria de pymes.
Considerando este panorama, el profesional entrega cuatro recomendaciones para que los emprendedores puedan enfrentar los desafíos financieros del 2023:
- Tener bajo control las cuentas del negocio: claridad respecto a lo que se debe cobrar y exigir como, por ejemplo, el cumplimiento de los plazos de pagos a los clientes. Además, se recomienda una visibilidad precisa de los proveedores y sus pagos, incluido dentro de ellos a los empleados, proveedores críticos para la operación, y las obligaciones con bancos e instituciones financieras, lo que permitirá una proyección precisa del dinero que se requiere. Asegurar un flujo a mediano plazo es, por supuesto, recomendable.
- Anticipar la aprobación de líneas de crédito con bancos: en función del tipo de negocio, para así poder hacer uso de estos financiamientos cuando sea necesario y no encontrarse de golpe con una necesidad de fondos y no tener acceso a ello.
- Realizar un control presupuestario periódico: idealmente mensual, que permita entender muy bien por qué se están generando las desviaciones y, por ende, poder actuar a tiempo. En esta línea, un presupuesto flexible (en base a escenarios) puede ser el ideal en tiempos de incertidumbre.
- Monitorear y evaluar el modelo de negocio: para adaptarlo rápidamente en caso de que se detecte un cambio u oportunidad de mercado, transformando así ciertos riesgos en oportunidades concretas de generación de valor.