Este lunes en Lisboa, Portugal se ha publicado el informe final de la Comisión Independiente (CI) para el estudio de los abusos sexuales a menores en la Iglesia Católica en Portugal, que ha validado 512 testimonios, de un total de 564 recibidos, relativos a casos ocurridos entre 1950 y 2022. Está previsto que el 3 de marzo se celebre en Fátima una Asamblea Plenaria extraordinaria de obispos portugueses para examinar el documento. En la presentación de hoy ha participado el padre jesuita Hans Zollner, miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, informa Vatican News.
Los Jesuitas de Portugal también reaccionaron a través de un extenso comunicado que reseña: «Los relatos que escuchamos hoy en la presentación del informe son de una dureza y crueldad que nos conmociona profundamente y nos hace sentir pequeños ante tanto sufrimiento. Aun sabiendo que estos abusos abren heridas muy difíciles de cicatrizar, expresamos nuestro más profundo y sentido pedido de perdón a todas las víctimas ya todo su entorno que sufrieron estos abusos. Como parte del trabajo de la Comisión Independiente, con la que colaboramos estrechamente, se detectaron situaciones que aún no conocíamos cuando, en septiembre, realizamos la primera evaluación, basada en un trabajo de investigación interna en nuestros archivos y nuestra Escucha Servicio», señala parte del documento de la Compañía de Jesús.
Un fenómeno generalizado
El coordinador de la Comisión, Pedro Strecht, neuropsiquiatra infantil, dijo que estos testimonios, recogidos entre enero y octubre del año pasado, indican una red de víctimas «mucho más extensa» que incluiría a más de 4800 víctimas. «No es posible cuantificar el número total de delitos», dijo el especialista, ya que algunas víctimas sufrieron varios abusos. La edad media actual de las víctimas es de 52 años, y el 20,2% tiene menos de 40 años. Los testimonios proceden de portugueses residentes y emigrantes, con preponderancia de víctimas masculinas (52%). Se registraron casos en todos los distritos, especialmente en los de Lisboa, Oporto, Braga, Santarém y Leiria.
Abusos repetidos contra menores
Strecht habló de «auténticas zonas negras», con especial incidencia en las décadas de 1960 a 1990: casi el 25% de los testimonios se refieren a casos desde 1991 hasta la actualidad. Aproximadamente la mitad de las personas confiaron su difícil situación por primera vez, en algunos casos tras esperar hasta diez años, precisamente en el contacto que mantuvieron con la Comisión. Los casos denunciados se produjeron principalmente en «seminarios, colegios e instituciones, confesionarios, sacristías y hogares de sacerdotes», incluyendo, más recientemente, campamentos y actividades al aire libre. No se reveló el número total de abusadores, pero la Comisión reveló que no era elevado y que el 96% eran hombres y el 77% sacerdotes en el momento de los hechos. Predominaron los abusos «continuados» (en el 27% de los casos, los abusos duraron más de un año), que comenzaron, de media, a los 11 años de edad de la víctima. Las víctimas -el 25,8% se considera católico practicante- dijeron haberse alejado de la Iglesia como institución y de la práctica religiosa, esperando una «disculpa». Se confirmaron siete casos de suicidio entre las víctimas.
El final de “una larga noche de silencio”
Durante la rueda de prensa se leyeron algunos testimonios de las víctimas, a veces devaluados por sus propios familiares o por otros agresores. Al agradecer a todos los que «se atrevieron a dar voz al silencio», Strecht afirmó que la Conferencia Episcopal Portuguesa «siempre ha apoyado» esta labor. El informe de ocho puntos se considera el final de una «larga noche de silencio» por parte de las víctimas. «Quizá sea difícil que todo siga igual a partir de ahora», añadió el médico. El organismo, creado por la CEP, fue presentado al público hace un año, en enero de 2022, y ha centrado su trabajo en la recogida de testimonios y el análisis de los archivos históricos de las instituciones católicas. También forman parte de él el psiquiatra Daniel Sampaio, el ex ministro de Justicia Álvaro Laborinho Lúcio, la socióloga e investigadora Ana Nunes de Almeida, la trabajadora social y terapeuta familiar Filipa Tavares y la cineasta Catarina Vasconcelos.
Exigimos una justicia “rápida y eficaz”
Los presuntos abusadores aún vivos serán identificados y la lista se enviará a la Iglesia Católica y a la Justicia a finales de febrero. Se pide una justicia «rápida y eficaz» y se insiste en que el tratamiento de los maltratadores requiere «psicoterapia intensiva» porque «el acompañamiento espiritual no es suficiente». Habiendo llegado al final de su mandato, la Comisión, a través de las palabras de su coordinador, afirma que «el dolor de la verdad duele, pero sólo la verdad nos hace libres». Una de las víctimas pidió una respuesta «transnacional» de la Iglesia Católica para hacer frente a estos abusos.