- Dar respuestas correctas con palabras que puedan entender y que no causen alarma, es el primer paso y, si hay familiares involucrados, tocar los temas sin tanto detalle, sino que de manera práctica, colaborativa y entregando instrucciones claras frente al potencial peligro.
En el último balance oficial se registraron 323 incendios forestales desde las regiones del Maule a La Araucanía, al menos 24 víctimas fatales, miles de hectáreas consumidas por el fuego y más de 20 escuelas siniestradas. Estado de Excepción de Catástrofe y Toque de Queda para comunas de la zona son algunas de las medidas que se informan por las noticias, redes sociales y están en las conversaciones diarias, quedando así, niñas y niños expuestos a escuchar, ver y, por supuesto, sentir una catástrofe que puede ser más o menos cercana, pero que impacta y asusta de igual manera.
¿Cómo hablar con ellos de los que está pasando en el sur de nuestro país? Para Catalina Almonacid, psicóloga del colegio Pumahue de Puerto Montt, perteneciente a la red Cognita, “Es comprensible que haya impacto emocional, pánico, incertidumbre, angustia, y un sentimiento de indefensión y de sobre alerta frente a una situación incontrolable como ésta”. Lo que se podría expresar en pesadillas, insomnio, irritabilidad, miedo de separación, rabietas, llanto, regresiones infantiles e incluso, desgano, explica la especialista.
En ese sentido, saber dar respuestas correctas con palabras que ellos puedan entender, es el primer paso. “Una buena comunicación y una adecuada gestión emocional, puede ser de gran ayuda para aminorar problemáticas psicológicas en el futuro”, señala Catalina. “No los expongan tanto a noticias alarmantes, sino más bien a sucesos positivos de cómo podrían ayudar al medio ambiente para que esto no ocurra más en el futuro, cómo podrían ayudar a los damnificados o mostrar historias de vida de héroes que han sido un aporte para la sociedad”.
No se trata de evitar el tema u ocultarlo, ya que es prácticamente imposible, pero sí podemos resignificar esta situación traumática, sin sobre dramatizar, por muy terrible que sea. “Si los niños ven a sus figuras de apego abatidos y desbordados emocionalmente, será ese contexto el que les afectará en forma negativa, ya que se verá empañada la imagen de protección que tienen de ellos”, advierte la psicóloga del colegio Pumahue de Puerto Montt. Sin embargo, aclara que esto no significa ocultar los sentimientos o la preocupación, sino que mantener la calma. Más aún si la situación es cercana o podría llegar a serlo.
“En caso de que efectivamente haya familias involucradas en esta catástrofe, es importante tocar los temas con los hijos sin tanto detalle, sino más bien de manera práctica, colaborativa y entregando instrucciones claras”. Por ejemplo: qué hacer en caso de tener que evacuar, cómo organizar el abastecimiento, que hacer en caso de cortes de luz o agua, etc. Asimismo, enseñarles a los hijos a mantenerse alejados del humo, ser precavidos y concientizar sobre las graves consecuencias de los incendios forestales. “Es importante ser responsables, cuidar y proteger nuestro medio ambiente, cuidados al hacer fogatas al aire libre, tirar basura, entre otros”.
En ese sentido Luz Rivera, prevencionista de riesgo del colegio Manquecura Ñuñoa, nos entrega algunos tips para compartir con nuestros hijos, si hay que enfrentar un incendio:
- Avisar de forma inmediata a bomberos.
- No utilizar agua, ya que el incendio puede haber sido provocado por una falla eléctrica.
- No abrir puertas ni ventanas, ya que el viento puede avivar el fuego y empeorar la situación
- En caso de que el amago sea pequeño, utilizar el extintor de la casa; siempre y cuando sea de fácil acceso.
- Si hay humo en el lugar, agacharse e intentar gatear hacia la salida, ya que el humo siempre se irá hacia arriba.
- En caso de que sea de fácil acceso, humedecer un paño para cubrir boca y nariz.
- Si la ropa es alcanzada por el fuego, hay que tirarse al suelo y rodar.
- Si vives en un edificio, evita utilizar el ascensor o las escaleras mecánicas.