- Iluminar no es solo alumbrar, sino que generar sensaciones, y si bien el verano nos llena de luz natural, las noches pueden ser mágicas con solo unos cuidadosos detalles.
Muchas veces cuando se trata de decorar el hogar pensamos en los muebles, las alfombras, cortinas y los accesorios para los dormitorios, pero dejamos el cuidado de la iluminación a las lámparas, como si eso fuera suficiente para dar vida a los ambientes. En concreto, lo más importante es la luz y cómo aprovecharla.
Una ampolleta alumbrando hacia un cielo blanco, por ejemplo, puede dar una sensación de profundidad distinta a que si ésta estuviera simplemente en una lámpara de velador. “La clave está en seleccionar las lámparas cuidadosamente para cada espacio de la casa. El secreto está en colocarlas estratégicamente para crear relajantes puntos de luz. Es una forma de arte, ciencia e industria. Iluminar los rincones de la manera correcta es tan importante como decorarlos”, dice Felipe Parragué, co-fundador de Hyggesign.
Lo anterior se basa en el “hygge”, la felicidad en las cosas simples y el antídoto contra el frío invierno, la lluvia y los días nublados en los países nórdicos, que tienen meses de oscuridad. Si en Chile ocurriera de la misma forma, se le daría mayor importancia a la luz, ya que incluso afecta a nivel anímico a las personas.
“La importancia de la iluminación recae en eso, en generar sensaciones, entonces iluminar bien los espacios de la casa ayuda a crear un ambiente cálido y acogedor. El hygge es una filosofía de vida danesa que valora la simplicidad y el bienestar. Una de las claves para lograr un ambiente hygge es tener una buena iluminación, que suele ser cálida y suave”, agrega Parragué.
Otro punto a considerar es la temperatura de la luz, ya que “cuanto más baja sea, más hygge será”. Por ejemplo, la temperatura de un flash es de 5.500 grados Kelvin (K), mientras que la de las puestas de sol, la llama de la leña y las velas es aproximadamente 1.800 K. Este es el punto perfecto de hygge, según detalla Meik Wiking en la página 10 del libro “Hygge” del Instituto de Investigación sobre la Felicidad de Copenhague, Dinamarca.
“La calidad de la iluminación también puede contribuir a que tú y tus invitados se sientan cómodos. Es mejor que cualquier filtro de Instagram. En el hygge, iluminar un lugar no cuesta dinero, sino que requiere cultura y consideración por el ambiente que se quiere crear”, considera el experto.
Consejo hygge para iluminar bien tus espacios: Utiliza varias lámparas pequeñas en lugar de un gran foco de luz colgando del techo. Esto ayudará a crear una luz más suave y cálida, similar a la de las velas. La idea es crear pequeñas cuevas de luz en las habitaciones, en lugar de iluminar todo el espacio de manera uniforme. Esto contribuirá a crear un ambiente acogedor y relajado, acorde a la filosofía del hygge.
La empresa chilena de muebles sostenibles Hyggesign destaca algunos productos en su catálogo que te pueden ayudar a crear tu propio ambiente soñado, entre ellos lámparas rústicas hechas a mano por artesanos chilenos, como Mammluu y Tienda Ancestral. “Cada lámpara es confeccionada de manera artesanal con materias primas naturales, como madera de mango para las lámparas Mammluu y manila y junquillo para las de Tienda Ancestral. También ofrecemos lámparas industriales de Casa Interior, con una amplia variedad de opciones como colgantes, de mesa y de pie, para dar un toque moderno a los espacios”, cierra Parragué.
Conoce más: https://hyggesign.com/
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