Este tipo de terapia reduce el estrés y dolores asociados a la edad, siendo una excelente forma de incentivar hábitos saludables a las personas mayores que se encuentran disfrutando de sus vacaciones en la playa.
Al tomar contacto con la arena de la playa podemos notar que es muy relajante y para quienes no lo saben, es una acción muy terapéutica ya que proporciona diversos beneficios a la salud, en especial para las personas mayores.
Pilar Astorga, Terapeuta Ocupacional del Hogar Jesús Crucificado de Independencia y que pertenece a Fundación Las Rosas, aseguró que hacer terapia en la arena alivia el dolor muscular y proporciona una leve mejora de la movilidad en pacientes con algunas dolencias. “Caminar descalzo por la arena es un ejercicio muy saludable que ayuda a trabajar a los músculos del cuerpo y activa las articulaciones”, aseguró.
Astorga señaló que, según la experiencia que han tenido durante salidas socio recreativas a la playa con residentes del Hogar de Independencia, han podido observar excelentes resultados, especialmente en la función cognitiva, asociada a la atención y memoria, la motora que permite la movilidad del cuerpo y el desarrollo emocional que brinda felicidad a los adultos mayores. “Trabajamos las terapias con un enfoque polisensorial, estimulando cada uno de los sentidos del cuerpo y centrándonos en los gustos y necesidades personales de cada paciente y constatamos que este tipo de tratamiento en la playa y al aire libre mejora significativamente sus habilidades cognitivas y motoras”, indicó.
Alonso Muñoz, Kinesiólogo de Fundación Las Rosas y parte del equipo impulsor de esta iniciativa explica que este tipo de terapia conocida también como psamoterapia, se basa aprovechar las propiedades que tiene la arena de retener el calor y transmitirlo gradualmente al cuerpo o zona que está en contacto con la arena, en el caso de las personas mayores se recomienda practicar esta técnica con especial precaución con la temperatura de la arena. “Al tomar contacto con el calor de la arena se dilatan los vasos sanguíneos y los músculos se relajan disminuyendo algunos dolores musculares o dolencias propias de los adultos mayores, además se activa el sistema propioceptivo que permite que a nuestro cerebro lleguen diferentes órdenes desde las articulaciones y los músculos cuando entramos en contacto con algún estímulo”, precisó.
Lo relevante de este tipo de terapias es que también aporta significativamente al desarrollo emocional de las personas, agrega Muñoz, “la desconexión de la rutina, el cambio de ambiente y el cambio de aire favorecen la estimulación sensorial o sentido de personas mayores con algún grado de deterioro cognitivo, que afecta principalmente a la memoria, brindando una sensación de bienestar en sus vidas”.
Sin duda son muchos los beneficios que pueden alcanzar las personas mayores que se encuentran de vacaciones pero es importante que pueden realizar este tipo de terapia mientras disfrutan de un día de playa con sus familias, siguiendo estas recomendaciones que entregan los especialistas de Fundación Las Rosas:
Realizar actividad física en la playa durante la mañana evitando la exposición a los rayos UV.
Aplicar bloqueador solar en zonas expuestas al sol.
Hidratarse durante la estadía en la playa especialmente si tiene actividad física.
Caminar unos minutos por la arena a pies descalzos, sólo a tolerancia del adulto mayor.
Introducir los pies en la arena a tolerancia.
Mover de manera circular los pies en la arena para ejercitar la musculatura.
Construir castillos de arena con los nietos si es el caso y ejercitar manos y muñecas.
Hacer ejercicios de respiración para relajarse, inhalar y exhalar.
Mojarse los pies en el mar para aplicar cambio de temperatura, que favorece la vasoconstricción y vasodilatación en la piel y aumenta la irrigación sanguínea.