Para conmemorar sus 150 años, Viña Errázuriz abrió la bodega donde guardan las cosechas históricas de uno de los vinos íconos más antiguos del país, Don Maximiano Founder’s Reserve, una colección que narra la historia de las cuatro últimas décadas, tanto de su terroir como de la vitivinicultura chilena.
Con un hito inédito, Viña Errázuriz, a 110 kilómetros de Santiago camino a Los Andes y una de las bodegas más antiguas del país, decidió celebrar su 150° aniversario, el mismo que el año 2020 no pudiera celebrar por la pandemia. ¿Cómo? Abriendo su Bodega Familiar y entregando a los amantes del buen beber la posibilidad de degustar una excepcional colección de cuatro décadas de su vino ícono: Don Maximiano Founder`s Reserve.
El punto de partida de esta celebración fue junto a clientes y grandes personajes del mundo de los restaurantes y del vino. No solo pudieron visitar la biblioteca familiar situada en la bodega subterránea de la casa patronal, entre gruesos muros de calicanto y desempolvar las botellas de un amplísimo repertorio de sus cosechas históricas de este gran ícono. Sino también, tuvieron la posibilidad de experimentar una cata vertical magistral –dirigido por su director enológico, Francisco Baettig, y su enólogo jefe, Tomás Muñoz- y un menú maridaje –junto al sommelier Ricardo Grellet y el chef Germán Ghelfi, del Hotel Mandarin Oriental-. Siete cosechas históricas degustaron.
“Don Maximiano Founder’s Reserve es el resultado de 150 años de aprendizaje constante, conociendo y estudiando esta tierra y reflejándolo en el mejor vino que podemos elaborar; un resumen de cuatro décadas de aprendizaje que reflejan la evolución, no solo de la Viña Errázuriz, sino de la industria chilena. Lo que tiene una importancia histórica única”, explicaBaettig.
Este es un vino ícono en base a cabernet sauvignon; apto para veganos. Hoy se producen 20 mil botellas por año. El 80% de ellas se exportan a 40 países, entre los que destacan China, Suiza, Canadá, Corea del Sur, Uruguay, Alemania, EE.UU., Paraguay e Inglaterra.
El peso de la historia
Innegablemente este lanzamiento habla de la historia del vino chileno, donde cada cosecha refleja el estilo y los recursos tecnológicos de cada época, un aporte en la línea de tiempo de la vitivinicultura chilena y de la propia viña en las últimas cuatro décadas.
Para Baettig, por ejemplo, las cosechas de 1983 y 1984 son clave. Estás son el inicio de todo, incluyendo la revolución enológica. Era la época en que Eduardo Chadwick, su actual propietario, se une a su padre Alfonso en la Viña Errázuriz. “Muestran el potencial de guarda de una época en la cual no existía la guarda como la conocemos hoy, en barricas de roble francés (en esa época recién comenzaban a llegar las primeras). De hecho, son una referencia del estilo de la época, con vinos de bajo grado alcohólico. Además, era 100% cabernet sauvignon, lo que también ha ido evolucionando en el tiempo”, relata.
A fines de los 80, Chile recupera la democracia y comienza a abrirse al mundo en términos de nuevas tecnologías para la producción de vinos finos. En esos días, el foco era producir vinos de terroir y de calidad, con el objetivo de posicionar a Chile como una denominación de clase mundial y, por ende, da inicio al desarrollo en los mercados internacionales.
Los 90, en tanto, era el tiempo de las mejoras en la tecnología y expansión de las viñas, incluyendo Viña Errázuriz. Era el turno en que el vino chileno consolidaba su posición en el mercado vitivinícola mundial. En 1994, por ejemplo, se redescubría el carmenere en el país, el cual se creía que estaba extinto a nivel global y se convierte en la variedad emblemática de Chile. Errázuriz fue una de las bodegas pioneras en contribuir. Fue de las primeras en plantar esta cepa en sus laderas. Del mismo modo, en esta década, los registros señalan que se hacían apenas 3 mil cajas por año de este gran ícono.
Previamente a 1995, todas las cosechas históricas eran 100% cabernet sauvignon. Fue a partir de ese año que poco a poco incorporan otras variedades para evolucionar hasta llegar a un ensamblaje Bordelés. “La experiencia nos fue entregando el conocimiento sobre el mejor manejo de nuestras variedades y terroir, lo que resultó en una mejor expresión de nuestros vinos. Cuando la calidad de estas variedades cumple con el nivel esperado, puede participar de este ensamblaje, introduciendo pequeños porcentajes y aportando con sus propias características”, explica.
El cambio del milenio
En los 2000, el origen se transforma en la clave de la producción de vinos, convirtiendo a Chile en uno de los mayores exportadores de vino del mundo. En esos años, Viña Errázuriz se convierte en pionera, cultivando variedades de uvas en la zona costera del Valle de Aconcagua. Hasta entonces nunca se había realizado viticultura en esta zona de clima fresco con suelos de piedra metamórfica del tipo pizarra.
El 2004 comienza un hito para la industria vitivinícola chilena, el cual posiciona al vino chileno a nivel internacional: la Cata de Berlín. Eduardo Chadwick, actual propietario de la viña, fue el organizador. 22 eventos (hasta el 2014), 18 mercados más relevantes y 1.500 expertos de vino de todo el mundo participaron en degustaciones a ciegas de vinos de talla mundial. Viña Errázuriz se ubicó entre los tres primeros lugares en 15 de los eventos.
Ya en 2010, la viña inaugura la Bodega Ícono Don Maximiano para producir vinos finos. Arquitectura contemporánea, forma circular y energía geotérmica fue parte del diseño sustentable proyectado por Samuel Claro. El paisajismo, realizado por Juan Grimm, uno de los más connotados paisajistas en el país y a nivel internacional, no se puede dejar de mencionar. Es el que genera un gran impacto al llegar a la viña, con una gran explanada con siete espejos de aguas y diagonales de plantas que simulan el trazado de las parras de forma abstracta. Todo con un estilo más bien silvestre, que atrapa al instante.
Dos años más tarde, gracias a la iniciativa de Viña Errázuriz, se marca el nacimiento de Aconcagua Costa como una nueva denominación de origen chilena y zona vitícola en el país.
En esa época, este vino ícono obtenía por dos años consecutivos el primer lugar en el concurso Annual Wines of Chile Awards, la competencia más importante del país por la representatividad tanto de vinos del país como de sus variedades. Participaban más de 600 vinos, todos evaluados por un panel de expertos internacionales.
Durante esta década, se retoma la búsqueda por cosechas más tempranas, intentando recuperar la
frescura de las décadas de los 80 y 90. Esto se vio reflejado en la disminución de la graduación alcohólica, llegando a los niveles actuales, cercanos al 13,5%. Esto mejora el color, potencia los aromas a fruta fresca, otorga una sensación en boca más vibrante y jugosa, además de aumentar su capacidad de guarda.
Otro dato es la madera. Marca un antes y después en esta línea de tiempo que Don Maximiano Founder’s Reserve permite construir. Hace 10 años, el uso de madera nueva era cercana al 100%, mientras que hoy la viña ha atenuado este porcentaje para alcanzar un mejor balance.
Para Tomás Muñoz, su enólogo jefe, otra Cosecha Histórica interesante, es Don Maximiano Founder´s Reserve 2014, que muestra el cambio de estilo a vinos más balanceados y frescos, comparado a la década anterior con vinos más alcohólicos y sobremaduros. Una añada que la Guía Descorchados le otorga 97 puntos, conquistando el premio a La Mejor Mezcla Tinta y a El Elegido de Aconcagua.
Imperdible es la cosecha histórica de 2017, lanzada el 2020. Es la que conmemora los 150 años de historia de la viña con una edición aniversario. A nivel internacional, obtuvo 96 puntos tanto de James Suckling como de Tim Atkin. Este último, también lo reconoció como Wine of the Year- Bordeaux Blend. Dentro de Chile, la Guía Descorchados mantuvo ese puntaje, añadiéndolo en el Ranking de los Mejores de Aconcagua y el de los Mejores Blends Tintos.
La cosecha 2018 es considerada una vendimia perfecta. “Las condiciones excepcionales de la temporada permitieron la mejor expresión de las vides, lo que dio como resultado un equilibrio perfecto entre potencia y elegancia, entregando vinos con profundidad e intensidad de sabores y frescura”, explica Muñoz. A nivel internacional obtuvo 96 puntos (James Suckling).
La del 2019, lanzada en junio de 2022, también tuvo una muy buena recepción. Coincidiendo con 96 puntos, tanto en las guías internacionales como nacionales. Además, en Descorchados, estuvo en el Ranking de los Mejores Blends Tintos y los Mejores de Aconcagua. Ya para el 2023, la del 2020.
La experiencia Don Maximiano
Se recomienda para guarda, mantenerlas con una temperatura constante, entre 12° y 14°, y para servir entre 18° y 20° de temperatura. Otro dato para una cosecha histórica de Don Maximiano Founder’s Reserve es que se debe decantar el vino 30 minutos a una hora antes de degustarlo, o bien, filtrarlo por medio de un filtro metálico especial para este uso.
Las Cosechas Históricas de Don Maximiano Founder’s Reserve se pueden encontrar en el e-commerce de la Familia Chadwick (propietarios de Viña Errázuriz) www.micavaexperta.cl y en tiendas especializadas. Hasta agotar stock.
También se puede visitar Viña Errázuriz en Panquehue. Está fuera del clásico circuito tradicional de Casablanca y Colchagua, puntualmente en el Valle de Aconcagua. En el lugar se puede acceder a recorridos y degustaciones previa reserva. Destaca la Visita Ícono Don Maximiano, que incluye un recorrido y una degustación de tres vinos, incluyendo un Don Maximiano Founder’s Reserve. Valor: CLP$33.000 p/p. Más información: cellardoor@errazuriz.cl y errazuriz.com. @errazurizwine #historicalrelease