El presidente de Clínicas de Chile A.G., Gonzalo Grebe, alertó que no es posible continuar funcionando y proyectar la actividad bajo la amenaza constante de que el sistema asegurador privado va a colapsar, añadiendo que la deuda que tienen pendientes de paso las isapres y Fonasa por prestaciones es cerca de $850 millones.
Prestaciones por cerca de $850 mil millones tenían pendientes de pago las isapres y Fonasa con las clínicas a noviembre. Eso, entre la deuda facturada y prestaciones realizadas pero pendientes de facturación.
De este total, unos $300 mil millones son deudas del sistema público, monto que se ha mantenido relativamente estable desde junio. Pero lo que sí ha subido en dicho periodo es la deuda de las isapres, pasando desde los cerca de $456 mil millones que debían a los prestadores al cierre del primer semestre, a $550 mil millones a noviembre, esto es un alza del 20,6% en cinco meses ($94 mil millones).
Bajo este escenario, y luego del fallo de la Corte Suprema que ordenó a las isapres aplicar la nueva tabla de factores a todos los afiliados y restituir los cobros en exceso, Grebe alertó que “no es posible para nadie seguir funcionando y proyectar la actividad bajo la amenaza constante de que el sistema asegurador privado va a colapsar” y por ese motivo, esta semana se reunió con la ministra de Salud, Ximena Aguilera, para manifestarle las preocupaciones que tienen desde el gremio.
El dirigente plantea que la “crisis de las isapres” es una “problemática que venimos enfrentando hace ya demasiado tiempo sin soluciones de fondo que permitan superarla. Necesitamos certezas urgentes por parte de la autoridad respecto de este asunto”.
Y en ese sentido, advierte que los prestadores “ya llegamos a un punto límite, porque esto no es solamente un problema del sistema de financiamiento privado. Aquí estamos hablando de un sistema que hoy día está en un claro riesgo, porque hemos venido trabajando con un nivel de incerteza tremendo, y todavía no vemos señales concretas de que efectivamente pueda haber un cambio en el ambiente en términos de poder darle certeza a su funcionamiento”.
Ante la razones del por qué se produce dicho nivel de incerteza, el directivo señala “porque hoy día está en claro cuestionamiento la sostenibilidad del sistema. Y voy a hablar del sistema, porque el aseguramiento es una parte, pero tiene una cadena de consecuencias sobre el sistema general. Es importante ver el contexto de por qué esto pone en riesgo todo: cuando está en riesgo el sistema de aseguramiento privado, aquí hay 3,3 millones de personas que están en dicho sistema. Hay 1,4 millones de personas que tienen preexistencias. Hay un volumen importante de atenciones GES, de pacientes que están en tratamiento. Lo que está en riesgo es eso. ¿Qué pasa si ese sistema no lo podemos sostener en el tiempo?”.
“Repercute sobre un sistema público que hoy día está absolutamente colapsado, que tiene listas de espera, 300 mil cirugías, donde hay dos millones de pacientes que están esperando sus consultas, hay 70 mil personas en GES que también están con tratamientos postergados, que no se han cumplido las garantías de oportunidad. Al final, no se puede pensar que hay otro sistema que va a soportar a estos 3,3 millones o 1,4 millones de personas, sino que esto es una cadena que finalmente va a impactar todo. Ese es el orden de magnitud. En este mismo dimensionamiento, hay que tener claro que nosotros como prestadores privados no somos un actor no relevante. Aquí el 50% de las atenciones las hacemos nosotros, el sistema prestador es una pieza fundamental de este sistema, y hoy día este riesgo es un riesgo sistémico que se traduce al sistema completo. Todo esto es lo que está en juego”, explicó.
Grebe plantea que “lo digo en términos muy concretos, porque aquí la crisis de las isapres ha sido financiada de forma importante por los prestadores privados. Cuando se habla de que los plazos de pago se han postergado, lo único que hay detrás de eso es capital de trabajo que ha permitido mantener el sistema en funcionamiento, y ese capital de trabajo lo hemos puesto nosotros. Aquí hay más de $100 mil millones en capital aportado por los prestadores para mantener este sistema funcionando, y eso hoy día, desde la mirada de los prestadores, ya no hay holguras para seguir manteniéndolo”.
“El stock de deuda que hoy día sostiene el sistema, tanto con los aseguradores privados como con el financiador público, son casi $ 900 mil millones, o sea, hay un incremento en $ 100 mil millones en cinco meses. Hay que entender que en este sistema no solamente hay grandes prestadores con, quizás, grandes espaldas, sino que hay un número muy relevante de prestadores pequeños que hoy día están clamando una solución, porque no pueden seguir soportando este nivel de estrechez de capital para poder seguir funcionando”, precisó.
En cuanto a la posibilidad que la industria de las isapres se termine si el Gobierno no interviene, Grebe menciona que “creo que tiene problemas estructurales que requieren soluciones estructurales, y si efectivamente no se dan soluciones estructurales, vamos a seguir parchando un problema que en el mediano y corto plazo hace absolutamente insostenible la continuidad del sistema tal como lo vemos hoy día”.