Que el Ejecutivo pierda por segunda vez la nominación de su candidata a Fiscal Nacional, revela varios hechos que llevan a pensar en la maquinaria del Senado que busca hacerle un gallito de poder al Presidente de turno, además busca instalar un candidato que les acomode a Sus (poco) Graciosas Señorías (SGS) que tienen a dos «regalones» con fuertes lazos en la centroizquierda y la centro derecha, pero también es la idea de evitar que se siga entronizando el «feminismo» en todas las esferas del poder, cuestión que es eje de la Administración Boric, tema que se habla casi a hurtadillas en los sombríos pasillos del Senado que además son duros críticos de la ministra de Justicia, todo porque no es abogada a cargo de esa cartera. Es decir un Congreso que efectivamente le está disputando el Poder a la Presidencia.
Una vez oficializada la derrota, el Presidente Gabriel Boric comentó: «Tengo la impresión de que tiene más que ver con gallitos políticos. Espero que este debate se resuelva cuanto antes con la colaboración de todas las instituciones y poderes del Estado, y que no caigamos en la pelea chica cuando se trata de defender las instituciones que están encargadas de velar por la seguridad de los chilenos y chilenas».
Ahora bien, más allá de los reclamos del Presidente, lo que también llama la atención es la poca sintonía, poca capacidad de negociación y de diálogo que tienen las ministras de Justicia y Segpres ante los senadores, por ende ellas, Ana Lya Uriarte -una muy buena secretaria ejecutiva pero pésima ministra- y Marcela Ríos que no es de gusto de SGS y de algunos parlanchines de turno solo porque es socióloga y no abogado, como si ser abogado da garantías celestiales para conducir Justica; también son responsables de esta derrota los partidos que acompañan al Gobierno, sus propios parlamentarios que a ratos son más de oposición que del oficialismo; es decir no hay coducción política en serio o más bien hay resistencia a ello por parte de los «más viejos» que aún ven como «niños mal criados» al Gobierno en su conjunto.
Así las cosas bien vale la pena revisar las ultima encuesta Research que -al igual que todas las encuestadoras- revela que este Senado -mañoso, poco serio, intelectuamente pobre- es la segunda institución MENOS CONFIABLE de la nación con a penas el 37% y sus soportes ideológicos, es decir los partidos políticos son los campeones de los inconfiables con 31%.
Pareciera ser que el Congreso -siendo la institución menos confiable de la nación según las encuestas- con su manejo del poder busca hacerle la vida imposible al Presidente.