- Experto en administración financiera de pequeñas y medianas empresas recomienda principalmente considerar la caja real del negocio, planificar este beneficio con anticipación y considerar nuevos incentivos.
Llega fin de año y con ello, la tradición de muchas pequeñas, medianas y grandes empresas de entregar el esperado aguinaldo de fin de año, pero ¿cómo se deben planificar las Pymes para entregar este beneficio económico sin afectar sus finanzas?
Gabriel Vergara, CEO de Smart CFO, empresa especialista en administración financiera, tributaria y administrativa de Pymes, indica que no existe un porcentaje mínimo o máximo y que es necesario analizar el momento por el que está atravesando la empresa antes de seleccionar un monto específico de aguinaldo. “En el escenario actual, la caja está bastante apretada, por lo que lo responsable es entregar un monto que no ponga en riesgo el cumplimiento de otras obligaciones de la empresa en el corto plazo”, admite el profesional.
Por esto, el experto entrega tres consejos claves para planificar el aguinaldo de fin de año:
- Asignar un beneficio económico que se ajuste a la caja real de la empresa: Las Pymes tendrán grandes desafíos en términos económicos en 2023: se espera una disminución en las ventas, mayores costos de operación por la inflación y un menor acceso a créditos bancarios. Por lo mismo, es muy importante calcular un aguinaldo que no afecte la caja de la Pyme para no poner en riesgos las obligaciones del negocio y tampoco perjudicar a los trabajadores dejando de entregar este beneficio.
- Planificar los beneficios económicos con antelación: Un beneficio económico o aguinaldo implica realizar un pago masivo, similar a las remuneraciones. Al ser un gasto extra, se debe planificar para dar cumplimiento a todas las obligaciones recurrentes. Tener el flujo de caja actualizado permitirá tener una visión anticipada para planificar correctamente.
- Buscar nuevos incentivos que puedan compensar a los trabajadores: Tardes libres previo a los feriados, actividades corporativas y otro tipo de incentivos que no sean económicos y alineados a las nuevas motivaciones de las personas, puede ser una buena alternativa cuando la empresa está pasando periodos críticos.(Siempre y cuando el aguinaldo no esté estipulado en el contrato o no sea un derecho adquirido de los trabajadores).