Por: Francisco Ruiz, director Fundación Forge Chile
Desde un punto de vista experiencial, buscar el primer empleo es un gran desafío. Es una tarea compleja, ya que en muy pocas ocasiones se enseña cómo hacerlo y por lo tanto lo que suele pasar es que los y las jóvenes deben echar mano al acervo cultural familiar o del entorno cercano.
Así comienzan las primeras diferencias, pues el éxito en esta tarea dependerá en gran parte del contexto socioeconómico y de la posibilidad de acceder al apoyo de personas con experiencia en aspectos tan simples como saber cómo responder a las preguntas del entrevistador, cómo vestirse o tener conocimiento previo acerca de la empresa donde se está postulando, entre muchas otras cosas.
Por otro lado, la evidencia sobre la transición de la escuela al trabajo, señala que la calidad del primer empleo está correlacionada con la calidad de la trayectoria laboral futura. De esta manera, el primer empleo se convierte en un factor significativo en el futuro de muchos jóvenes.
El actual escenario económico en Chile, y varios países de la región, es preocupante: estancamiento en la creación de empleo, alta inflación y riesgo de recesión económica. De seguir así en el futuro cercano se podría profundizar el desempleo especialmente en las y los jóvenes de contextos vulnerables. Se trata de un problema mayor especialmente para quienes se encuentran en búsqueda de su primer empleo. En ellos podría producirse un efecto de cicatrización, es decir podrían dibujarse huellas duraderas con efectos negativos para su vida laboral y personal futuras, accediendo a trayectorias laborales precarias, menores condiciones salariales y laborales, y una menor calidad de vida.
En nuestra fundación enfrentamos estos desafíos desde un doble punto de vista. Por un lado, buscamos fortalecer y desarrollar el capital cultural y personal de las y los jóvenes, a través del Programa Tu Futuro, que busca apoyarles en el desarrollo de habilidades socioemocionales y digitales transversales, elementos fundamentales, que las empresas hoy buscan en sus colaboradores y factores diferenciadores para la empleabilidad.
Asimismo, es fundamental aportar en el capital social de los jóvenes. El contacto personal sigue siendo una herramienta clave para la encontrar oportunidades laborales. En contextos de mayor vulnerabilidad la red de contactos es más débil, lo que impacta la capacidad para encontrar buenas oportunidades laborales.
El futuro próximo trae desafíos importantes para Chile y la región. Debemos anticiparnos con la acción coordinada de actores públicos y privados, de manera de prevenir cicatrices duraderas dolorosas en la vida laboral de las y los jóvenes que buscan su primer empleo. Potenciar sus habilidades y fortalecer el capital social de nuestra juventud son herramientas fundamentales para esta tarea. Si avanzamos en esta dirección, ganará la juventud mejores oportunidades, las empresas obtendrán el talento diverso que buscan, y ganan nuestros países mejores condiciones para potenciar la productividad y el desarrollo.