Comprar un departamento en tiempos de crisis, ya sea como inversión o para habitar, conlleva distintas e importantes decisiones en función de las tasas de interés, la cantidad de años en que se tomará el crédito o el tipo de tasa que se elegirá. Acá te damos los mejores consejos y desmitificamos algunas creencias.
La compra de una propiedad es un paso relevante en la vida de las personas, donde no solo el contexto macroeconómico juega un rol, sino que también influyen otros factores como el ahorro, la capacidad de pago futura, además de creencias que están instaladas entre las personas y que muchas veces, pueden incidir en una mejor o peor decisión.
Felipe López, gerente Comercial de Inmobiliaria Pilares, señaló que “es fundamental al momento de optar a la compra de una vivienda, analizar el momento actual, pero también aquellos elementos que incidirán en el largo plazo. Para quien tiene ahorros y la necesidad de comprar un departamento en la actualidad, estamos en un buen momento, ya que, pese a las alzas de tasas, estas todavía son convenientes, a lo que se suma que actualmente existen soluciones de acceso y financiamiento que ayudan a facilitar este proceso”.
López añade que, “es importante eliminar o despejar ciertos mitos que existen a la hora de comprar una vivienda, ya que esto permitirá que las personas tomen la mejor decisión, de manera informada y no dejándose llevar por creencias que se han instalado en torno al proceso”.
MITOS Y VERDADES ANTE LA COMPRA DE UNA VIVIENDA
- “Es mejor esperar a que bajen las tasas” Mala idea: Desde hace unos meses, y tras alcanzar mínimos históricos, el alza en las tasas de interés es una realidad. Sin embargo, desde la Inmobiliaria señalaron que “este sigue siendo un muy buen momento para invertir y comprar, por lo que se debe tener en cuenta lo siguiente:
- Pese a las alzas, las tasas actuales continúan siendo atractivas para la compra.
- No existe certeza de una baja relevante en las tasas para los próximos meses.
- Por ejemplo, si se espera a comprar en un año más cuando la tasa supuestamente esté un poco más baja, el valor de la propiedad va a estar más alto que en la actualidad. Es decir, esa “ganancia” que supuestamente se tendría por la baja de tasa, será insuficiente al lado del nuevo valor que tendrá el departamento en un año más.
- El momento actual es bueno, ya que también se pueden aprovechar las condiciones que ofrecen las inmobiliarias y la banca, que en el futuro quizás no estarán disponibles. Un ejemplo de esto, son las tasas fijas por períodos determinados de tiempo”.
- “Prefiere la tasa mixta” Buena idea: Al momento de adquirir un crédito hipotecario, es importante evaluar entre una tasa fija, variable o mixta. Las tasas fijas son en UF y se establecen para todo el periodo del crédito. En ese sentido, si se logra una tasa baja, puede ser una buena alternativa. La variable en tanto, va cambiando año a año según la Tasa Anual Bancaria, la que a su vez depende de la coyuntura económica, lo que la hace más impredecible. En tanto, la mixta, considera un período de años de tasa fija, y luego esta pasa a ser variable. La ventaja es que, en los primeros años, es una tasa fija baja, lo que la vuelve conveniente para pasar un momento de alza de tasas.
- “Mejor arrienda y tus ahorros los destinas a otra cosa” Mala idea: La compra de un bien raíz es la mejor opción desde el punto de vista financiero, ya que es una inversión segura, con bajo riesgo, que además es heredable y aumenta su valor durante los años. En ese sentido, si una persona tiene los ahorros y las posibilidades de comprar ahora, debería aprovechar el momento y las soluciones de acceso y financiamiento que existen hoy.
- “Analiza bien la cantidad de años en que comprarás” Buena idea: Es una realidad que entre más años se solicite un crédito hipotecario, se obtendrá un valor de dividendo más bajo, pero siempre lo más importante es analizar bien las distintas alternativas de plazo que existen y poner en la balanza todos los factores, es decir, la tasa, el tipo de tasa, el ahorro que se tiene para el pie y la capacidad de pago futura que se tendrá para el dividendo, sobre todo cuando se es inversionista y se tiene más de un departamento.