La startup Rayo con presencia en Chile y México, busca cambiar los paradigmas de la industria logística, ofreciendo una alternativa sostenible, eficiente y responsable a la economía colaborativa.
A principios de este año se despachó al Congreso la nueva Ley de Plataformas Digitales, que entró en vigencia el pasado 1 de septiembre y que regula la relación entre los repartidores y/o conductores con las aplicaciones de comida y transporte, otorgándoles derechos laborales como contratos de trabajo, licencias médicas y cotizaciones, sean dependientes o independientes.
Mientras las diferentes empresas se adaptan a la nueva normativa, una empresa nacional desde sus cimientos orientó su forma de trabajo en la formalidad. La Startup Rayo, orientada a la distribución y última milla corporativa, desde un primer momento eligió un camino diferente a las otras plataformas.
“Desde el día 1 nosotros somos una empresa 100% formal. A pesar de ser una startup tecnológica decidimos no irnos por el camino de los uberizados o freelancer como la mayoría, sino que nos íbamos por algo sostenible, donde tenemos una red de empresas de transporte que trabajan para nosotros y a quienes les exigimos tener solo gente contratada”, explicó el cofundador de Rayo, Martín Arancibia.
Su metodología, denominada como RED EPA (Empresas Proveedoras Asociadas), busca generar mayores estándares a la hora de las alianzas con los proveedores: vehículos en buen estado, estar capacitados en el manejo de los elementos que transportan y un punto fundamental, la contratación de los repartidores.
Este modelo de negocio los ha llevado a generar miles de empleos formales y a trabajar con cientos de empresas que necesitan realizar entregas de los más diversos tipos de productos, permitiendo también a sus asociados trabajar con empresas de renombre. Al mismo tiempo, desde el 2019 se instalaron en México, uno de los principales mercados de la región, tras lograr concretar el levantamiento de 2 rondas de capital.
Según los founders de Rayo, la situación en México dista mucho de lo que pasa en Chile, agregando que en dicho país la situación con los trabajadores uberizados o freelancer es aún menos regulada generando precarización, al mismo tiempo que una normativa que regule este tipo de empleos se está discutiendo.
Objetivo ONU
Desde el comienzo, los fundadores de Rayo se plantearon desarrollar un negocio cumpliendo todos los requerimientos que busca regular esta nueva normativa, haciendo también partícipes a los prestadores de servicios y proveedores. Lo anterior, basándose en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, principalmente en el objetivo 8 de Trabajo Decente y crecimiento económico, siendo uno de los principales el de “Proteger empleos y apoyar a pequeñas y medianas empresas, y a los trabajadores del sector informal, mediante programas de respuesta y recuperación económicas”.
En diferentes países de Europa se han implementado normativas que apuntan a mejorar la situación de los trabajadores, en América Chile es de los pioneros en legislación laboral en esta materia y los demás países de la región deberán seguir esa tendencia. Al mismo tiempo, en Estados Unidos, el Departamento de Trabajo emitió una nueva propuesta que brinda orientación sobre la clasificación de los trabajadores. La regla podría exigir que algunas empresas que dependen de contratistas independientes los traten como empleados, brindándoles beneficios adicionales, un salario mínimo, pago de horas extras y protecciones legales.
Pensando en el futuro, por parte de Rayo miran de cerca los casos en España y otros países de Europa donde una norma similar ya entró en vigencia, de hecho en España a la empresa Glovo la Inspección de Trabajo ha impuesto una multa de 78,9 millones de euros. Ejemplos hay muchos, de los cuales Arancibia es crítico. “Se han visto en algunos casos un efecto peor para los trabajadores. Muchas empresas se han ido de los países. Han habido efectos disímiles. No está claro el efecto que podría generar en el corto plazo. Pero lo que sí tenemos claro es que el efecto a largo plazo de esta economía colaborativa, sin pagar impuestos, sin pagar salud, sin imposiciones, es un problema para la sociedad en el futuro”, expresa.
Pero más allá del aspecto laboral, también apuntan a crecer en otros objetivos de sostenibilidad. “desde el día uno Rayo ha sido una start-up que busca el impacto social y económico, incluso cuando no estábamos al tanto de lo que significaba el impacto social era algo que generábamos desde el diseño de nuestro modelo. Fue siempre algo natural para nosotros. Ahora estamos dando el paso hacia el impacto medioambiental. Ya estamos transicionando a contar con flota eléctrica y vamos a seguir”, agregó Juan Andrés Cabrera, uno de los fundadores de la startup.