El ex Presidente Sebastián Piñera volvió al ruedo público tras meses de estar en silencio y lo hace criticando al Gobierno de Gabriel Boric, indicando que cuando se reunía con sus ex ministros suponían que “otra cosa es con guitarra”.
En entrevista con La Tercera, Piñera explica que “lo que pasa es que muchas de las frases de los candidatos envejecen mal. Por ejemplo, un tema que está hoy día en la primera línea de las prioridades de la gente, que es la seguridad ciudadana, con esta ola desatada de violencia, de crimen organizado, de narcotráfico, de terrorismo, de encerronas, etc., fue un tema muy prioritario durante nuestro gobierno”.
“Teníamos una agenda de seguridad que fue obstruida y rechazada por la entonces oposición y actual gobierno. Y ellos, desde el gobierno, hoy se dan cuenta de que otra cosa es con guitarra…”, apuntó.
En cuanto a la caída en la popularidad que sufrió Boric a pocos meses de entrar en el Gobierno, el ex mandatario señaló que “el Presidente Boric fue elegido en marzo y 60 días después ya tenía un apoyo minoritario. Lo mismo pasó con los convencionales: llegaron como si fueran vírgenes, puras, prístinas, impolutas, hablando del poder constituyente, que era el poder puro e inspirador, y el poder constituido, que era el perverso y malvado. Y al poco tiempo, se transformaron en parte del establishment”.
Añadió que “entonces hay que entender que en la democracia, en algunos aspectos puede ser directa, como en los plebiscitos, pero para funcionar requieren una parte que sea representativa. Pero lo importante es elegir bien a nuestros representantes. Y creo que Chile aprendió una muy buena lección con la forma en que eligió a algunos de sus constituyentes por razones absolutamente ajenas al sentido común”.
Cuestionamientos a la CC
Asimismo, Piñera también cuestiona el trabajo realizado por la Convención Constituyente, precisando que “el 62% rechazó esta propuesta de Constitución, pero el 78%, hace un año, pidió una nueva Constitución. El camino a seguir es no caer en las tentaciones. Primero, no quedarse tranquilo con el statu quo, porque eso es dejar que la caldera siga acumulando presión, y tampoco caer en estas precipitaciones, ideologismos, la cultura de la cancelación, el octubrismo”.
“Es cierto que los chilenos no queríamos este engendro y mamarracho de Constitución, pero la mayoría también se da cuenta de que la Constitución del 80 tiene que ser renovada”, afirmó el ex jefe de Estado.
En ese sentido, se preguntó “¿qué significa nueva? Que sea una Constitución que se analice y se apruebe en democracia. ¿Qué significa una buena? Que recoja los valores y los principios que viven en el alma de la inmensa mayoría de los chilenos, que tengamos una república democrática, un país unido, un sistema político con equilibrio de poderes y con independencia y autonomía de los tres poderes del Estado, no degradando a un sistema, por ejemplo, el Poder Judicial. Que tengamos igualdad ante la ley y no los privilegios exorbitantes que la Convención quería otorgar a una minoría a costa de la inmensa mayoría”.