La crisis migratoria en Chile y cuyo primer impacto la viven las ciudades y pueblos fronterizos del norte del país, es un problema que se arrastra desde la administración Piñera y durante los primeros siete meses del actual gobierno la situación se ha agudizado y siguen llegando avalanchas de migrantes que cruzan como “Pedro por su casa” por una frontera porosa, descuidada y sin control real, porque eso de vigilancia de frontera y el mal llamado “Plan Frontera Norte” solo funciona en las zonas formales porque el actual estudio de varias agencia ONU sobre migración en Chile revelan que todos pasan al país por los llamados “pasos no habilitados”, y este no es el primer estudio el 23 de diciembre de 2021 ya había advertido sobre el grave problema migratorio en Chile.
Entre el 16 y 30 de junio pasado en el Centro Transitorio para migrantes de Colchane, Región de Tarapacá; ONU Migraciones (OIM) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (UNHCR ACNUR), encuestaron a 266 personas, de ellos 82 menores de edad y elaboró una radiografía de los extranjeros que ingresan al país por estos pasos. El 40,2% de los encuestados llega junto a un grupo familiar mujeres y menores de edad.
Así el estudio revela que el 91,8% de los migrantes vienen de Venezuela y solo el 6% es de Colombia. Todos indican que su destino final es llegar a Santiago (Región Metropolitana) alcanzando el 64,1%, mientras que las regiones de Antofagasta y Coquimbo son los otros puntos para vivir.
«Hay algunos hallazgos que lo que hacen es comprobar lo que hemos venido observando respecto de este flujo; primero, una alta presencia de NNA, las personas que están migrando son muy jóvenes, además es un flujo que se ha ido haciendo cada vez más precario. Si uno mira su nivel educacional, sólo el 16% tiene educación superior, más del 60% sólo ha alcanzado los niveles secundarios y por lo tanto da cuenta de un flujo más precario», explica Víctor Flores, coordinador territorial de OIM.
Ahora bien los venezolanos que vienen llegando –ilegalmente en su gran mayoría como dice el estudio- se viene directo a Chile ya que cuentan- en su gran mayoría- con red familiar de apoyo alcanzando el 70,6%.
Otro de los datos preocupantes es que en su gran mayoría son desplazados sin dinero para pagar transporte (81,5%) y lo más grave es que el 75% de ello dice no contar con medios para alimentación, lo que se traduce en un nuevo problema para las ciudades donde llegan porque mientras no lleguen a destino final donde cuentan con parientes, su sustento depende de la caridad y de las entidades del Estado.
