Sin duda alguna la migración hacia tecnologías sustentables implicará altos costos que deberán ser asumidos por las empresas, pero al mismo tiempo brindará grandes beneficios asociados a una mayor demanda en la producción realizada bajo el “sello verde”, la cual será más valorada y permitirá explorar nuevos mercados, lo que impacta positivamente en las ventas.
Nuestro país está fuertemente comprometido con la lucha para aminorar los efectos ocasionados por el calentamiento global. Esta fue la razón que motivó la puesta en marcha de la más reciente Ley Marco de Cambio Climático el pasado 13 de junio 2022. En detalle, la normativa establece una política de Estado con facultades y obligaciones a nivel central, regional y local, involucrando acciones concretas para 17 ministerios, gobiernos regionales y todas las municipalidades de Chile para alcanzar la carbono neutralidad al 2050, lo que impactará directamente sobre la forma en la que hoy opera el sector privado.
En detalle, estos desafíos impuestos implican que, a nivel regional y local, cada municipio debe comenzar a establecer planes y estrategias (los cuales serán revisados cada cinco años con el fin de ir optimizando los resultados) que aporten al cumplimiento de este objetivo común buscando reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), implementar energías más limpias y tecnologías que aporten a un mejor uso del recurso hídrico, entre otras.
Sin embargo, a pesar de que esta ley ya cuenta con tres meses desde su entrada en vigencia, el plazo para que cada municipio comience a establecer directrices claras aún está en desarrollo, pero debe tenerse en cuenta que como país tenemos un Presupuesto Nacional de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero al 2030, por lo que se espera que las mismas sean establecidas muy pronto.
No obstante, la adaptación y migración hacia fuentes de recursos hídricos y energéticos más limpios, así como la implementación de tecnologías sustentables que hagan viables los proyectos implica un tiempo considerable de desarrollo, por lo que el momento para que el sector privado comience a actuar es ahora.
En base a esta realidad, Ángela Castillo, Business Development Director – Energy & Process Industries para Black & Veatch Latinoamérica, destaca que “sin duda el cumplimiento de las metas que se impongan será muy viable, aunque bastante desafiante y costoso, pero con el apoyo de todos los sectores y los actores que estamos involucrados en este proceso iremos saliendo adelante, paso a paso”.
La ejecutiva explica que la mayoría de los problemas que enfrentan las empresas al momento de tener que modificar sus procesos de forma exitosa radica en que no tienen claro el objetivo final: hacia dónde quieren ir, cuándo quieren hacerlo y con qué recursos cuentan. Estas interrogantes son clave para establecer las Hojas de Ruta (las cuales, por cierto, deben desarrollarse en base a la realidad de cada empresa y no copiar un modelo para todas) con el fin de establecer metas realistas y realmente palpables que logren responder a los objetivos establecidos.
“Hay que tener en cuenta que como país estamos partiendo en el desarrollo de este tipo de tecnologías, como es el caso del hidrógeno verde, baterías de almacenamiento de energía y movilidad sustentable (electromovilidad), aunque nos juega a favor el compromiso asumido por el sector privado de trabajar juntos hacia la meta final y, además, contamos con la presencia de proveedores locales con experiencia global que apoyarán a la industria nacional en este largo camino, como es el caso de Black & Veatch”, destaca Castillo.
Con todo lo anterior el panorama parece bastante complejo, pero no se han considerado las ventajas que a la larga este gran esfuerzo brindará a las empresas ya que toda la producción realizada bajo el “sello verde” será más valorada en el mercado, lo que traerá consigo un incremento en la producción como consecuencia de una mayor demanda y la oportunidad de explorar nuevos mercados a los que hoy no es posible llegar. Asimismo, estas tecnologías renovables también aminorarán los costos de producción dado que se requerirá menos energía convencional y menos consumo de agua en los procesos productivos -producto de la optimización de este recurso-.
Hoy el mercado cuenta con múltiples opciones de tecnologías limpias y procesos que pueden adaptarse a la realidad de cada empresa, por lo que, según la posibilidad de cada una, será completamente posible hacer este cambio por el bien de nuestro país. “Es importante enfatizar en que el establecimiento de las Hojas de Ruta personalizadas es la clave para responder de forma exitosa a las nuevas normativas y mantener la continuidad operacional en el tiempo, proyectando finalmente más ganancias que altos costos”, finaliza Castillo.