- Se calcula que entre el 20% y 25% de la población mundial sufre alguna enfermedad alérgica y en Chile esa cifra bordea el 30%.
- Las alergias pueden afectar severamente distintos ámbitos de nuestra vida, desde la capacidad de hacer deporte hasta el cumplimiento de nuestras labores diarias, ya sea en el trabajo o en el lugar de estudio.
Llega septiembre, comienza la primavera, los días son más largos y el clima mejora. Todo suena muy bien, sin embargo hay quienes saben que con esta nueva estación aparece también una molesta compañera: las alergias. Se trata de un trastorno inmunológico adquirido o con base genética, que consiste en una alteración de la tolerancia del sistema inmunológico a diversas sustancias (alérgenos), inhaladas, ingeridas o por contacto cutáneo. Según asegura el Dr. Pedro Pablo Cortés, académico Escuela de Medicina Universidad Bernardo O’Higgins, UBO, entre el 20% y 25% de la población mundial sufre alguna enfermedad alérgica y en Chile esa cifra bordea el 30%. “En esta época se incrementan porque aumentan los alérgenos en el medio ambiente. Las alergias estacionales por lo general son causadas por el polen de las plantas, el cual puede provenir de árboles, pastos y malezas durante la primavera”, indica el Dr. Cortés advirtiendo que “pueden afectar severamente distintos ámbitos de nuestra vida y empeorar e incluso dar pie al asma, la sinusitis e infecciones al oído, por mencionar sólo algunas posibilidades”.
En este escenario, el académico de la UBO considera que hay ciertas medidas clave para combatirlas adecuadamente en esta temporada. Lo primero y fundamental es hacer un diagnóstico certero a través del análisis de la historia clínica y exámenes, para ratificar que se está, efectivamente, frente a una enfermedad alérgica.
Junto con ello, es crucial la prescripción y seguimiento de un tratamiento adecuado, pues existen una serie de medicamentos que pueden ayudar a controlarlas. Es el caso de los conocidos antihistamínicos y corticoides inhalados, además de otras opciones con foco en curar la rinitis, como son las de vacunas de distinto tipo y que requieren un uso prolongado.
Cualquiera sea la indicación médica, es importante anticiparse a la llegada de la primavera, para estar debidamente preparados y guiados por un médico experto en el diagnóstico y elección de medicamentos a usar. De este modo, se puede evitar llegar a una crisis alérgica que es el escenario más complejo.
Por último, una medida central es evitar al máximo el contacto con las sustancias alergénicas, como es el polen de las plantas, que puede provenir de árboles, pastos y malezas durante la primavera.
Además de abordarlas de manera adecuada, es aconsejable distinguir estos cuadros de los resfríos ocasionados por virus “que se prolongan por no más de siete días, incluyen malestar general y en algunos casos fiebre. Mientras que la alergia es más extensa, no impacta en un compromiso corporal general y afecta zonas específicas con picazón, lágrimas e irritación”, señala el Dr. Cortés.
