La agencia germana DW ha seguido con atención el proceso constituyente chileno y ha recopilado lo que publica los principales medios alemanes bajo el título Prensa en alemán: la euforia por la nueva Constitución y el presidente Boric se ha desvanecido en Chile o Presse auf Deutsch: Die Euphorie für die neue Verfassung und Präsident Boric ist in Chile verflogen : «¿Hay una mayoría para una constitución moderna?», pregunta el diario alemán Süddeutsche Zeitung sobre el proceso constituyente en Chile y sigue: «Irónicamente, Chile, que ha sido tan conservador hasta ahora, pronto podría tener una de las constituciones más progresistas del mundo, pero la aprobación del borrador ya no es segura.
Los críticos conservadores objetan que el proyecto de constitución presentado ahora es poco más que una lista de deseos de activistas de izquierda e indígenas. Advierten que significaría el fin del milagro económico chileno, del Estado de derecho, de la democracia.
Eso es una exageración. Sin embargo, el apoyo a la nueva constitución y al joven presidente Gabriel Boric está disminuyendo. Solo asumió el cargo en marzo. Las esperanzas eran enormes, pero también los retos. En el sur, hay disturbios con activistas radicales del pueblo mapuche, en el norte, los habitantes se manifiestan contra los inmigrantes, además de la inflación y la delincuencia.
Boric pidió ahora que la votación sobre la Constitución no sea también una votación sobre su Gobierno: ‘Se trata del futuro de Chile’, dijo. Pero sea cual sea el resultado final de las elecciones, agregó, ya hay algo de lo que todos los chilenos pueden estar orgullosos: ‘En el momento de mayor crisis, hemos elegido más democracia, no menos'».
«Un rayo de esperanza» para el «Apruebo»
El diario alemán Süddeutsche Zeitung publicó: «Irónicamente, Chile, que ha sido tan conservador hasta ahora, pronto podría tener una de las constituciones más progresistas del mundo, pero la aprobación del borrador ya no es segura».
El diario suizo Neue Zürcher Zeitung apunta: «El primer artículo de la nueva Constitución declara que Chile es un ‘Estado social y democrático’, ‘plurinacional, intercultural y ecológico’. El proyecto, redactado por la Asamblea Constituyente con representación paritaria, prevé la paridad de género en todas las instituciones del Estado y consolida los derechos de los once pueblos indígenas, así como la protección del medio ambiente. Además, la nueva Constitución pretende reforzar la posición del Congreso, con la supresión del Senado y su sustitución por un ‘Cámara de las Regiones’.
Por ello, la Constitución ya había sido elogiada como la más progresista del mundo, antes de su entrega oficial. Sin embargo, para que entre en vigor, los ciudadanos chilenos aún deben dar su aprobación mayoritaria el 4 de septiembre. De lo contrario, la Constitución anterior, vigente desde 1980, seguirá en vigor.
Al menos hay un rayo de esperanza para el campo del Sí. A diferencia de las elecciones y referendos anteriores, en los que normalmente solo participa la mitad de los votantes, el voto del 4 de septiembre es obligatorio. Por lo tanto, existe la posibilidad de cambiar la tendencia a favor de ‘Apruebo'».
