● Ante el creciente aumento del costo de las propiedades, el modelo de casas en co-propiedad, que funciona en base a tecnología, hacen más accesible la compra de una segunda vivienda.
● La otra gran ventaja es que al ser propietario se aprovecha la plusvalía de la vivienda, lo que obviamente no sucede cuando se arrienda.
La situación económica actual tiene al mercado inmobiliario en una tormenta perfecta: alza de tasas de interés constante, UF más cara, menor liquidez y una actitud de compradores e inversores más conservadora a la hora de invertir. Y si bien el escenario resulta perjudicial para el acceso a la casa propia y más aún para la adquisición de una segunda vivienda, existe un modelo innovador, ya presente en Chile, que podría ser clave para romper la tendencia: las casas en co-propiedad.
Esta tendencia consiste en dividir la propiedad de los hogares en varios dueños, disminuyendo así la inversión para ser propietario y recibiendo un derecho proporcional al uso y, por tanto, a los gastos de administración del inmueble. Ignacio Del Río, CEO de Legria, startup de casas colaborativas de administración digital, destaca que “este modelo está adquiriendo mucho valor en Estados Unidos y el hemisferio norte, no solo porque optimiza el uso de las segundas viviendas, que suelen ser compras desaprovechadas, sino que son un pilar para mejorar el acceso a estas casas, reduciendo el capital que implica una gran barrera de entrada”.
En el caso de Legria, dispone hogares divididos en ocho acciones o dueños. Así, una persona puede adquirir viviendas de alta gama, valoradas en un rango que varía de 20 mil a 70 mil UF, a partir de 2.500 UF. “El concepto es que, con el valor de un departamento pequeño en Santiago, puedas ser dueño de una casa de muy buenas prestaciones en la playa o lugares de excelente ubicación. Y decimos dueños, porque el modelo te permite ser propietario, distinto al caso del ‘tiempo compartido’, que es una promesa de arriendo a largo plazo, sin real propiedad”, aclara Del Río.
Pero, ¿y qué ocurre en el caso del arriendo? Según diversos estudios, una segunda vivienda posee un tiempo efectivo de uso anual cercano al 12%. Eso equivale a dividir un hogar en ocho, mismo parámetro que utiliza Legria para ofrecer al menos 44 días al año el uso de un inmueble por acción.
El CEO de la empresa señala que “en base a los precios de mercado, el costo anual de ser propietario, versus arrendar seis semanas al año, es al menos cuatro veces más bajo. Lo interesante, es que ser propietario te permite aprovechar la plusvalía de la vivienda, en caso de que alguna vez decidas vender o arrendar en tus propios términos”.
El fundador de la startup enfatiza en que “no hay que olvidarse del gasto que implica administrar una casa durante un año. Por ejemplo, una casa de grandes prestaciones cuesta cerca de 700 UF entre contribuciones, seguros, administración, limpieza, servicios básicos y mantención, mientras que en un modelo colaborativo ese monto se reduce a cerca de 90 UF. Es decir, no solo aliviana la inversión inicial, sino que el desembolso posterior que conlleva tener propiedad inmobiliaria”.