Curioso, raro, rarísimo casi rocambolesco es el festival de compromisos, «palabra de honor» y todas suerte de palabras bonitas que emiten dirigentes de la derecha, DC, ex presidentes y ex ministros que ahora -después de un año de trabajo de la Convención que salvó a Piñera de ser sacado literalmente a patadas de La Moneda tras el estallido social- resulta que ahora se han dado cuenta que la propuesta de nueva Constitución no los representa que califican como la peor de todas. Pero en este «ataque» de democratismo y ganas por hacer las cosas que no hicieron en 40 años, resulta que una de las principales preocupaciones es mantener el Senado que se ha transformado en una gigantesca poltrona arrulladora. Sí reconocer la buena intención por alguna vez hacer algo por la Patria que dicen tanto amar.
Chile Vamos decidieron elaborar un documento titulado «Una nueva Constitución para Chile, compromisos de Chile Vamos con una casa para todos».
«Nuestro país exige un compromiso solemne y decidido de avanzar hacia una nueva Constitución que permita reencontrarnos, que favorezca los cambios que anhela la ciudadanía y busque los mayores acuerdos para proyectarnos las próximas décadas con unidad y estabilidad. Chile necesita un nuevo pacto constitucional, políticamente transversal, con vocación mayoritaria y de alcance nacional», es parte del compromiso que hace -tardíamente- RN, la UDI y Evópoli.