El consumo de suplementos deportivos es un hábito recurrente en quienes realizan actividad física de manera competitiva, pero también una acción que se ha ido incrementado en muchas personas que optan por ingerir estos productos por iniciativa propia y sin un seguimiento especializado y adecuado.
Catalina Escalona, académica adjunta de la carrera de Nutrición y Dietética de UDLA Sede Viña del Mar, Magíster en Nutrición para la Actividad Física y el Deporte, comenta que “la gran mayoría de los suplementos deportivos tienen efectos beneficiosos y perjudiciales si no se consumen adecuadamente, siendo una de las mayores preocupaciones el gran número de productos que son recomendados por fuentes no confiables, sumado al riesgo de que muchos de estos podrían estar contaminados con sustancias prohibidas”. Por tal motivo, la nutricionista aconseja que antes de considerar su uso, es importante asesorarse por un profesional competente y evaluarlo aplicando las preguntas que las organizaciones deportivas y los profesionales de las ciencias y medicina del deporte han establecido con ese fin como, por ejemplo: ¿Existe evidencia científica que respalde su uso? ¿Es seguro y efectivo este producto? ¿Es legal su uso en el deporte?
Catalina Escalona explica que “los suplementos deportivos son productos alimentarios, ingredientes o nutrientes que, en dosis adecuadas y en periodos específicos de la práctica deportiva, permiten mejorar el rendimiento físico, las adaptaciones al ejercicio, la capacidad de recuperación y corrección o prevención de deficiencias nutricionales y, junto a una adecuada alimentación, posibilitan que el individuo entrene y compita de una manera más eficiente”.
Detalla que se les puede encontrar en diferentes tipos de formatos y presentaciones, como alimentos sólidos (bebidas, geles, barras, confitería deportiva) o en formatos concentrados y dosificados (píldoras, tabletas, capsulas o polvo), siendo su uso variado, pues no solo deben aportar nutrientes que cubran los requerimientos para optimizar el rendimiento deportivo, sino que también contener cantidades suficiente de nutrientes u otros componentes para cubrir deficiencias específicas, mantengan o restauren la salud.
“Gracias al Consenso del Comité Olímpico Internacional (COI) del 2018, sabemos que los suplementos pueden ser utilizarlos para prevenir o tratar las deficiencias de nutrientes, para proporcionar una forma práctica de energía y nutrientes, para mejorar directa e indirectamente el rendimiento deportivo”, comenta la nutricionista.
Respecto de su consumo comenta que siempre recomendable conocer previamente la alimentación que está llevando la persona, el tipo e intensidad del ejercicio que realiza, para luego establecer si es necesario el consumo de algún tipo de suplemento deportivo, evaluación que debe ser realizada por un nutricionista especializado en deporte. En personas con alguna patología metabólica, embarazadas, niños o adolescentes no se recomienda el consumo de este tipo de productos.
“Variados estudios han reflejado un bajo nivel de conocimientos en el área de la nutrición deportiva por parte de los consumidores de suplementos, dejando en evidencia la importancia que tiene un correcto asesoramiento en alimentación y nutrición aplicada en el deporte y la actividad física. Los alimentos y suplementos deportivos pueden jugar un papel pequeño, pero importante en los planes de nutrición deportiva y para ello siempre es necesario estar guiado por un profesional del área”, recalca la académica.