Por: Javier Arroyo, co fundador de Smartick, plataforma de aprendizaje virtual
Una de las grandes enseñanzas que deja la pandemia se relacionan con la educación. Es claro que el mundo ha cambiado y que a partir de este momento hábitos comunes, como asistir a clases, serán replanteados y reemplazados por modelos mixtos virtuales con mayores oportunidades de flexibilidad y accesibilidad, lo que hemos conocido como “modelo híbrido”.
La suspensión permanente de las clases en colegios y universidades fue el detonante para las descargas masivas de plataformas como Google Classroom, Smartick para matemáticas o Duolingo para los idiomas. El sistema busca alternativas como estas, que permiten a los estudiantes continuar con sus programas educativos de forma remota, garantizando así el derecho de acceso a la educación. Quedan preguntas eso sí, por ejemplo, ¿cuántos gobiernos han pensado lo rentable que es contar con buenas redes de internet para maximizar la educación de sus alumnos? Con pandemia y sin ella, Internet puede poner a disposición de alumnos en zonas rurales y remotas las enseñanzas de los mejores profesores del país y del mundo, ese es el gran desafío que se plantea para la educación.
Ha llegado el momento de despertar e implementar las tecnologías que servirán como base estratégica para los centros educativos y acabar con los temores que estos cambios pueden levantar. Los niños ya lo tienen claro, faltamos nosotros.
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