En el marco de la IX Cumbre de las Américas que se desarrolla en Estados Unidos, Chile firmó la creación de «Américas por la Protección del Océano», coalición que tiene por objetivo establecer una red de áreas marinas protegidas ecológicamente interconectadas que abarque desde Canadá hasta Chile.
De esta manera, se busca coordinar acciones entre países que comparten salida al Océano Pacífico para contribuir a la protección y sostenibilidad de los ecosistemas, así como mejorar la gobernanza en áreas marinas protegidas.
Hasta ahí todo marchaba bien. En la ceremonia, el Presidente Gabriel Boric recalcaba que «estamos celebrando el multilateralismo y la oportunidad que el diálogo nos abre para la construcción de un mundo mejor», añadiendo que «desde el continente americano queremos alzar la voz y lanzar una iniciativa en la que ojalá se sumen más países, porque somos altamente vulnerables a la crisis del cambio climático».
Sin embargo, en medio de su intervención, el Mandatario señalaría que “si somos capaces de utilizar nuestro liderazgo para proteger lo que es de toda la humanidad, porque esto no se trata solo de nuestros países, sino que de toda la humanidad, vamos a estar contribuyendo de manera decida y le vamos a poder decir con más propiedad a los países desarrollados, como Estados Unidos, que no está aquí presente, como la Unión Europea, como China y como India, que tienen el deber de hacer más esfuerzos para proteger nuestro medioambiente. El mundo necesita a América unida. Tenemos que volver a conversar sobre los temas que nos unen, no solo sobre los que nos dividen”.
¿Cuál fue el problema? Que entre los presentes se encontraba el veterano político estadounidense John Kerry, actual Enviado Presidencial Especial de los Estados Unidos para el Clima del gobierno de Joe Biden (y que fuera Secretario de Estado en la administración de Barack Obama).
Peor aún, se encontraba sentado apenas a unos puestos hacia la derecha de nuestro Jefe de Estado.
Según recogió La Tercera, quien reaccionó rápidamente para hacerle ver el incómodo error fue la canciller Antonia Urrejola, que le escribió un mensaje de su puño y letra para alertarlo. El Presidente tuvo que salir rápidamente a autocorregirse señalando: “Disculpa, una pequeña rectificación de mi parte. Yo, cuando hice nuestra mención a los países desarrollados para empujarlos acá, estaba pensando en Europa, China, India, mencioné a Estados Unidos…Estados Unidos está acá presente, con John Kerry. Y eso también es tremendamente importante para nosotros. Canadá y EE.UU. son parte del G7 y no me cabe ninguna duda de que también desde ese liderazgo vamos a poder empujar al resto de los países desarrollados a sumarse a esto”.
Se trató de un pequeño (pero incómodo y preocupante) desaire del Jefe de Estado nacional a uno de los más importantes asesores del Presidente Biden, ad portas de la reunión bilateral que ambos sostendrán en el marco de la Cumbre de las Américas, en Los Ángeles. Y aunque se prevé que no afecte el encuentro, es necesario hacer hincapié en que se trata de otro error de protocolo con autoridades internacionales de especial importancia para nuestro país, recordando lo ocurrido con el Rey de España, Felipe VI, en la ceremonia de cambio de mando presidencial el 11 de marzo pasado en Valparaíso.
Chile y su Política Exterior Turquesa
Volviendo al hecho en el marco del cual se escenificó el traspié del Presidente de la República, cabe destacar que la creación de esta red hemisférica responde al impulso del Gobierno de Chile por una Política Exterior Turquesa, que contempla tanto el cuidado del medio ambiente terrestre, como de los océanos. Así, Chile reafirma su compromiso con el fortalecimiento de la cooperación multilateral en materia ambiental y genera acciones concretas para hacer frente a la crisis climática.
El proyecto, liderado por el Presidente Boric, contó con la firma de Canadá, Estados Unidos, México, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, además del apoyo de ONGs y actores de la sociedad civil.
«Estamos muy contentos, porque es una iniciativa chilena y los países del Pacífico están acompañándonos, algo que es fundamental dentro de la política turquesa», destacó por su parte la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola.
Las áreas marinas protegidas son espacios delimitados reconocidos legalmente para asegurar la preservación de la biodiversidad marina y otorgan múltiples beneficios, como la protección de especies marinas únicas, aumentar las oportunidades de turismo y potenciar el desarrollo sustentable de comunidades costeras.
Cabe destacar que Chile ha apoyado la iniciativa de proteger el 30% del océano en el marco de la Agenda 2030 y ya cuenta con un 43,1% de sus aguas jurisdiccionales bajo alguna categoría de protección, lo que se traduce en 1,3 millones de km2.