Al cumplirse un año desde que asumiera el cargo, el Comandante en Jefe de la Armada, Almirante Juan Andrés de la Maza, adelantó que se podría estar iniciando la construcción de las nuevas fragatas para la Escuadra en los astilleros de Asmara Talcahuano alrededor de 2030.

Ello en el marco del Plan Continuo de Construcción Naval, por medio del cual la institución está desarrollando el reemplazo de las unidades que van cumpliendo su vida útil.

La Armada de cara a sus 205 años

En entrevista con el diario El Mercurio de Valparaíso, el máximo jefe de la Marina nacional señaló que «el poder naval es nuestra razón de ser. Somos la Marina de todos los chilenos, nos debemos a nuestro país y a nuestros conciudadanos. La tarea y la función más importante de la institución es la defensa de la soberanía y de la integridad territorial. De las cinco áreas de misión que tiene nuestra política de defensa, es la más importante, y para la cual nosotros estamos».

Explicó en este sentido que «nos preocupamos de las fuerzas operativas: la Escuadra, la Aviación Naval, la Fuerza de Submarinos, la Infantería de Marina, las Fuerzas Especiales, el Comando Anfibio y de Transportes y el recientemente creado Comando de Rescate y Salvataje. Ha habido un esfuerzo de país para que las tres instituciones de la Defensa estén en un buen pie. Tuvimos hace algunos años el diferendo limítrofe con Perú, que se zanjó en La Haya. Por lo tanto, el día que nos saquen a examen a la pizarra, no podemos sacarnos un cero. Tenemos que prepararnos, entrenarnos, tener el mejor equipamiento, y en eso creo que también se ha ido mejorando«

«Con los recursos que el Estado pone a disposición de la institución, tratamos de hacer lo mejor posible, tratamos de tener nuestras fuerzas en el más alto pie«, enfatizó.

Construcción naval

El almirante De la Maza abordó también el proceso de construcción del rompehielos «Almirante Óscar Viel» en Asmar Talcahuano, recalcando que una unidad de este tipo «es un antiguo anhelo».

«En 2017 llevamos por último año a mantenimiento a Asmar en Talcahuano el antiguo «Viel», que en 2018 cumplía 50 años y estaba en muy malas condiciones para operar, sobre todo en el área austral», recordó el Almirante.

Adelantó respecto a la nueva unidad que «en diciembre deberíamos echarlo al agua para terminar su fase final de construcción a flote. Va a ser uno de los rompehielos más modernos del mundo, con una cubierta impecable destinada a la comunidad científica para la investigación en la Antártica. Debería terminar su fase de alistamiento el próximo año y, ojalá, entrar en la campaña antártica 2023-2024. Es un buque que además nos va a dar la capacidad de ir en invierno a la Antártica, va a poder quebrar hielo de más de un metro de espesor».

Producto de lo anterior, De la Maza recalcó que «a contar de diciembre queda desocupada la grada de lanzamiento en Talcahuano«.

Precisó seguidamente que «el paso siguiente en el Plan Continuo de Construcción Naval es reemplazar las unidades del Comando Anfibio de Transportes Navales, que son multipropósito: son unidades anfibias para cumplir nuestro rol principal, y son los buques que le dan la conectividad a todos los lugares aislados de nuestro país. Dentro de nuestro rol comunicamos a Rapa Nui, Juan Fernández, todo Chiloé Insular, las islas del sur, la Antártica».

En dicho contexto, el jefe naval aseguró que «el primer buque que necesita ser cambiado es el transporte Aquiles, que va a cumplir 40 años, y de eso nace el Proyecto Escotillón, en que tenemos autorizada por parte del Gobierno la construcción de los primeros dos buques. Si nos va bien con los primeros dos, ojalá que después podamos materializar los dos siguientes».

Sobre las unidades de la Escuadra, el Almirante explicó que «si somos capaces de construir buques en Asmar Talcahuano, ¿por qué no poder continuar con unidades que para nosotros son muy difíciles de conseguir en el mercado de segunda mano? Los buques se construyen normalmente para 30 años de vida, y en ese mercado los obtenemos en la mitad de su vida útil, cuando hay que hacerles un upgrade, es decir, mejorar los sistemas y muchas cosas, lo que cuesta casi tanto como construir un buque. ¿Por qué nosotros no podemos hacerlo? En el país hay una comunidad de astilleros y oportunidades para todos. En la construcción naval hay ingeniería, hay educación, necesitamos gente especializada de todo tipo, desde técnicos y profesionales hasta ingenieros del más alto nivel, que a lo mejor vamos a tener que capacitar en el extranjero; hay trabajo para las pymes y la industria«.

Considerando que las actuales ocho fragatas están cumpliendo o sobrepasando las tres décadas de antigüedad (sumando tanto el servicio en sus marinas de origen como en la nacional), detalló que «cada vez que los llevamos a mantenimiento tenemos que inyectarle una buena cantidad de recursos para modernizar los sistemas. Es un gran desafío que tenemos enfrentar como país, porque nos va a traer beneficios a todos. Aquí hay países vecinos que han construido buques. De hecho, la última gran joyita de Perú es el velero Unión. Brasil está en un proyecto de construcción de submarinos. El mundo de la construcción naval trae oportunidades a todos como país. En lo concreto, tenemos el rompehielos y en la fase siguiente las dos primeras unidades multipropósito del Comando Anfibio de Transportes Navales, una de las cuales me atrevo a decir que va a ser el Aquiles».

En este punto, hizo hincapié en que para el caso de las fragatas de la Escuadra, «si todo sale bien, yo creo que podríamos pensar hacia el año 2030, porque ya estamos dando los primeros pasos y trabajando en ingeniería de detalles, hay proyectos, hay gente y muchas cosas que hacer. Estamos hablando de unos ocho años más«.