- Experto afirma que la demanda energética mundial se ha multiplicado por 1,6 en los últimos 30 años. En ese orden, si no se cambia la forma de vivir y las industrias continúan trabajando de la misma manera, se espera que la temperatura mundial aumente de 3 a 4 °C para el 2100, generando impactos catastróficos y permanentes en la humanidad, según la página de Climate Clock.
De acuerdo con el portal Líder Empresarial, se estima que desde el siglo XIX las actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático, un ejemplo de esto es la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. Como resultado de esto la temperatura de la tierra es ahora 1.1 °C más elevada que en el siglo antepasado, y la década de 2011 a 2020 fue la más cálida registrada.
De hecho, en el 2015 varios artistas, científicos, ingenieros y activistas implementaron un reloj climático para mostrar cuánto tiempo nos queda para frenar el cambio climático, este se encarga de dar seguimiento de los datos de emisiones y temperaturas mundiales. En su último reporte de abril de 2022 se estimó que como sociedad tenemos 7 años y 91 días antes de que la temperatura global aumente a 1.5 °C, lo que se considera un punto de no retorno.
En este panorama, la Universitat Carlemany, institución comprometida con la calidad, la empleabilidad y el desarrollo sostenible, fomenta espacios online para tratar temas de interés sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Es así como Oriol Travesset, investigador en Andorra Recerca + Innovació y ponente de la más reciente conferencia “Crisis y transición energética”, expuso los principales motivos de insostenibilidad del modelo energético actual, dejando en evidencia que la transición hace parte de la solución, pero no deber ser la única a implementar.
Para Travesset, las razones más fuertes de la insostenibilidad del modelo son:
- Agotamiento de los combustibles fósiles, especialmente del petróleo: el reto será equilibrar la demanda a la capacidad de extracción para evitar alza en los precios. Los costes se han incrementado debido a la necesidad de incorporar técnicas como el fracking, el cual tiene impactos económicos y ambientales.
- Seguridad del abastecimiento de energía y problemas geopolíticos: un claro ejemplo es la guerra entre Rusia y Ucrania sobre los inconvenientes geopolíticos que comporta el modelo energético actual.
- Calentamiento global provocado por las emisiones del CO2: el sector energético es el responsable de casi tres cuartas partes de las emisiones que han hecho subir la temperatura mundial en 1,1 grados desde la era preindustrial, con efectos visibles tanto en el tiempo como en los extremos climáticos.
“En este sentido, el sector energético tiene que ser el centro de la solución al cambio climático. Las energías y renovables y la eficiencia energética son parte imprescindible de la solución, pero harán falta cambios más profundos para avanzar hacia un modelo sostenible”, enfatiza el experto.
Contexto energético mundial: cifras que impactan
Durante la conferencia, el investigador Oriol resaltó algunos datos que no se deben ignorar:
- La demanda energética mundial se ha multiplicado por 1,6 en los últimos 30 años.
- El transporte, la industria y el sector residencial son los principales sectores consumidores de energía.
- El suministro total de energía mundial se multiplicó 2,6.
- La generación de electricidad y calor representa alrededor del 42% de las emisiones de gases de efecto invernadero, seguido por el transporte con un 25%.
Observando los números podemos darnos cuenta de la magnitud de la tragedia. No obstante, existe el aliciente de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), específicamente el número 7 referente a Energía asequible y no contaminante. Su propósito es mostrar que, para garantizar acceso universal a electricidad asequible en 2030, es necesario invertir en fuentes de energía limpia, como la solar, eólica y termal. La adopción de estándares eficaces en función del costo en una variedad de tecnologías también podría reducir en 14% el consumo mundial de electricidad en los edificios.
A pesar de lo anterior, existen ciertas limitaciones, en otras palabras lo explica Travesset: “este objetivo no entra en la necesidad de reducir las demandas -aspecto que es imprescindible- al contrario, promueve el acceso universal a la energía que es necesario, pero este acceso universal puede llegar a incrementar la demanda energética mundial y también las emisiones de CO2. Por tanto, sería importante abordar firmemente el aspecto de la demanda”, alerta el investigador.
“La transición energética y las energías renovables son parte imprescindible de las soluciones, pero hacen falta cambios más significativos, pues estos no serán posibles sin una transición socioeconómica”, concluye Oriol Travesset, investigador en Andorra Recerca + Innovació, quien además plantea alternativas como aumentar las tasas de reutilización de materias primas o basar la economía en actividades menos intensas en el uso de energía y materiales.
Accede a la conferencia completa en el siguiente enlace.