El abogado y ex asesor en varios gobiernos de la ex Concertación, Gabriel Alemparte, dice estar desilusionado con el trabajo que ha hecho la Convención Constituyente, debido a que al interior de la instancia no ha habido un diálogo para llegar a normas consensuadas y, en cambio, se ha impuesto la visión de un sector de la izquierda, incluso asegura que el organismo a cargo de la redacción de la nueva Constitución se compró un nacionalismo con lo plurinacional en un país donde la plurinacionalidad no existe, sino que por el contrario radica en el mestizaje.
“Me siento con una profunda desilusión, porque yo fui una de las personas que votó apruebo, soy un hombre de centroizquierda, creí que este era el momento que tenía Chile para hacer un trabajo muy serio en pos de superar las divisiones que nuestras distintas constituciones han tenido, particularmente la legitimidad de la constitución de 1980 (…) prácticamente no ha habido diálogo y hay ciertos sectores que han monopolizado la conducción de la convención”, señala en una conversación con el programa de Infogate “Las Cartas Sobre la Mesa”.
A su juicio, el país se enfrentará a un primer problema que es que “la constituyente fracasó, y fracasó en un elemento central que era el primer mandato que tenía, que no es la redacción de un texto, que es la parte más simple, sino que darle legitimidad al proceso y darle legitimidad es un tema de forma, de fondo, de capacidad de escuchar, de capacidad de dialogar y eso no se dio”.
Alemparte plantea que el tema de las autonomías territoriales representa otro problema, ya que “vamos a tener un Estado fragmentado, sin unidad y muy complejo, con una Constitución tremendamente identitaria que además es una constitución que no pone en un plano de igualdad a las personas, que es el principio básico de la iluminación”.
El abogado también plantea más dificultades que tendrá la nueva Constitución, en caso de ser aprobada, como es el caso de las cámaras donde se elimina el Senado y queda una Cámara Territorial con mucho poder, con escaños reservados; un sistema de justicia que tiene “serios problemas para la independencia judicial”, entre otros.
Sin embargo, advierte que actualmente la ciudadanía debe poner atención a la Comisión de Armonización y a la de Normas Transitorias, porque “ahora sí que el diablo está en los detalles, ahora si que nos vamos a dar cuenta de cómo vamos a entrar progresivamente en régimen toda esta discusión que se ha dado de que la Constitución no podría ser modificada sino hasta el año 2026”.
Alemparte sostiene que esta idea es “igual a la norma original de la Constitución de 1980 que establecía que entre el año 90 y 94, es decir la primera Cámara de Diputados y senadores, no podía reformar la Constitución de 1980 (…) entonces uno se encuentra con teorías muy autoritarias, visiones que a uno lo inquietan”.
El abogado, sin embargo, espera que si es rechazada la propuesta de la CC exista un mecanismo que permita sortear el problema a través de una comisión de expertos o por el Congreso.
También cuestiona el portazo que le dio el Gobierno a la propuesta de los partidos de Chile Vamos, los cuales plantearon una solución al problema que se daría si gana el rechazo el 4 de septiembre, ya que tenía la posibilidad de lograr un acuerdo que permitiera una salida a ese dilema.
“Creo que hay sectores más radicales del Gobierno que creen que ellos administran todavía un 78% de los votos de los chilenos del apruebo y no han mirado los resultados de la presidencial de la primera vuelta, donde Boric pierde frente a Kast, donde el voto de segunda vuelta es un voto muy volátil para el Presidente, porque muchos votamos por él, pero no somos parte del Gobierno, sino que lo votamos porque había otro candidato al frente, donde además el Congreso está muy empatado, entonces creo que están administrando mal los números”, mencionó.
Alemparte también cree que hay una dificultad dentro de todos los problemas y es que nadie se ha fijado en los costos que tendrá la nueva Constitución, debido a que mucho de los puntos que se integran requieren costos financieros para llevarlos a cabo.
Conflicto macrozona sur
El abogado y ex asesor de distintos gobiernos de la ex Concertación también abordó el tema de la violencia en la macrozona sur, indicando que una de las grandes falencias que existe es la de la inteligencia para desarticular los grupos radicalizados y bien armados que habitan en la zona.
En ese sentido, explicó que el sistema de inteligencia en Chile no existe y por ende es muy difícil desbaratar este tipo de grupos. Pero uno de los puntos clave es lo que el Gobierno quiere proyectar y eso, a su juicio, no se está dando por lo errático que se ha manejado el tema y las señales contradictorias que se han entregado.
“Respecto a estas señales contradictorias como no declarar el estado de emergencia después que estuvo declarado por mucho tiempo, después que te negaste al estado de emergencia, después buscas un estado intermedio que no se entiende bien (…) entonces también se da una señal contradictoria a las Fuerzas Armadas de no involucrarse más allá de lo que ellos pueden involucrarse”, afirmó.