Por: Renato Pino Zamora, M.Sc., Fundador & CEO en Snabb.cl
Poner a las personas al centro en los modelos de atención del sistema de salud es una urgencia que existe hace años y pese a las declaraciones, pareciera que a pocos les interesaba de verdad. La tecnología acelera esa urgencia y pone presión al empoderar cada vez más a las personas en los distintos aspectos de nuestra vida diaria, por lo que el acceso a soluciones que nos permitan tomar el control de nuestras decisiones es lo que se instala para un empoderamiento real del paciente.
Experiencias de servicios desarticuladas, con escasa, sesgada y equívoca información, o simplemente esperas excesivas por una atención de salud, son hoy insostenibles e intolerables, y profundizan nefastos efectos en la calidad de vida de las personas y los resultados económicos de un sistema de salud permanentemente presionado. Hacerse cargo de ello, es un rol que debemos tomar y desafiarnos a solucionar, para empujar a una mejor calidad de las prestaciones con impacto directo en millones de personas día a día.
Hoy, la tendencia en el mundo es dirigirse a lo que se conoce como “atenciones de salud basadas en valor” – basadas en la metodología liderada por el destacado autor, padre de la administración moderna, el profesor Michael Porter– que en general apuntan no solo a centrarse en la atención, sino también en la mejora del acceso y medir los resultados tanto clínicos como de experiencia que reporte el mismo paciente; para lo que las tecnologías diseñadas con este en el centro, juegan un rol crucial.
Ese, es precisamente el cambio de paradigma que instalamos con Snabb.cl para el modelo ambulatorio, donde creamos una red líquida de alta disponibilidad de atención para el sector privado – por ahora-, para que todo paciente encuentre en un solo punto y en tiempo real, el agendamiento de su cita de atención más próxima, en cada vez más centros presenciales y de teleconsulta, junto con la posibilidad de recibir notificaciones para acelerar su atención con quien desee, cuando se generen nuevos cupos en la red mientras espera. Parece fácil, pero requiere de una desafiante alineación de incentivos y una poderosa tecnología.
Diseñar una aplicación desde la perspectiva del paciente, evidencia múltiples asimetrías con las que nos encontramos a diario, y que han sido problemas resignados por décadas por todos nosotros. En la era de las tecnologías, donde todo se soluciona desde un celular, nos cuesta pensar en que aún existan quehaceres de nuestra vida, en los que no contemos con toda la información disponible. Es por eso que en Snabb no podemos concebir que un paciente no pueda saber de todos los lugares donde quiera y pueda atenderse en su ciudad, como así tampoco concebimos que los cientos de Centros de salud de nuestro país, dependan de elevados niveles de inversión en marketing, para hacerse conocidos; esto no es retail, es salud, y debemos acceder a ella de manera oportuna, al menor costo posible.
Es un cambio radical a las reglas del juego, y es lo que requieren la mayoría de los sistemas de salud de Latinoamérica, porque invierte la lógica hacia el paciente, permitiendo que los Centros de atención dejen de ser estáticos, y sean ellos los que ahora también busquen personas para atender cuanto antes.
Sin duda es el momento, después de un aprendizaje forzoso en esta pandemia, que nos impulsó a incorporar y a convivir con aún más tecnologías, con las cuales ya no podemos darle la espalda al paciente.
Nuestro modelo ha sido recientemente validado por el Value-Based Health Care Center Europe, a través de la nominación en la categoría Enrosement Dragons 2022, que selecciona a cinco finalistas a nivel mundial, como aquellas empresas prominentes que presentan una estrategia y tecnología que impulsa modelos de atención de salud basada en valor.
Ya son parte de esto, más de 100 centros de salud, con cientos de profesionales y en más de 30 ciudades en Chile, que han evolucionado a una nueva forma de relacionarse con sus entornos y pacientes, formando en conjunto la red más grande de oferta médica de Chile y Latinoamérica.
Es una nueva lógica, un nuevo desafío, una evolución donde compitamos por valor real para el paciente, entendido como la eficiencia y mejores resultados, por cada peso gastado, en un sistema de salud permanentemente desgastado.