Maksym Marchenko, el gobernador y jefe de la administración militar regional ucraniana de Odesa, había anunciado a través de su canal de Telegram en las primeras horas de a tarde que las fuerzas militares ucranianas habrían alcanzado el crucero ruso «Moskva», buque insignia de la Flota del Mar Negro, con dos misiles antibuque Neptune, causando graves daños al buque de guerra.
“¡Se ha confirmado que el crucero de misiles Moskva hoy fue exactamente donde fue enviado por nuestros guardias fronterizos en la Isla de las Serpientes! Los misiles Neptune que custodiaban el Mar Negro causaron daños muy graves al barco ruso. ¡Gloria a Ucrania!”, escribió.
La noticia, que se expandió por las redes sociales, fue vista con recelo e, incluso, como mera propaganda en un principio. Sin embargo, con el transcurso de las horas comenzó a cobrar cada vez mayor veracidad.
Y la magnitud del hecho llevó a que el propio Ministerio de Defensa ruso reconociera que el barco está en llamas, aunque lo atribuyó a la detonación de municiones luego de un incendio (cómo se produjo el incendio es otra historia).
«Como resultado de un incendio, la munición detonó en el crucero de misiles «Moskva». El barco resultó gravemente dañado. La tripulación fue evacuada por completo», declaró la repartición gubernamental según dio a conocer la agencia de noticas rusa TASS, agregando que la causa del incendio está bajo investigación.
Un asesor del presidente ucraniano, Oleksii Arestovich, confirmó en YouTube los ataques ucranianos contra el barco, sin indicar su ubicación.
“Arde con fuerza. Ahora mismo. Y con este mar tormentoso no se sabe cuándo podrán recibir ayuda. Hay 510 tripulantes”, aseguró en una transmisión de YouTube.
Diversas fuentes independientes en redes sociales han dado cuenta de mensajes interceptados desde el buque, aun por confirmar, que, junto a desesperados SOS, indican que el principal navío ruso desplegado en la zona se está hundiendo irremediablemente frente a la isla de la Serpiente, la misma donde el «Moskva» atacó a una guarnición ucraniana que se negó a rendirse.
Karma sería el resultado de este duro golpe moral a la flota y las Fuerzas Armadas rusas.
El «asesino de portaaviones»
El «Moskva» es el buque insignia de la Flota del Mar Negro, y líder del Proyecto 1164 Atlant. Se puso en servicio en 1983 con el nombre de «Slava» («Gloria» en idioma ruso).
Desplaza 12.490 toneladas, con una eslora de 187 metros (más grande que los cruceros estadounidenses de clase «Ticonderoga»).
En 1996, el crucero recibió su nombre actual. El principal armamento de ataque de la nave son 16 lanzadores de misiles P-1000 Vulkan y los rusos lo han bautizado orgullosamente como «asesino de portaaviones.
En la segunda mitad de 2015, el crucero encabezó el grupo de tarea permanente de la Armada rusa en el mar Mediterráneo, donde cubrió la base aérea rusa Khmeimim en Siria con sus sistemas de defensa aérea.
En la actual guerra encabezó los esfuerzos rusos por amenazar un eventual asalto anfibio sobre el puerto de Odessa, el cual jamás pudo llevarse a cabo ante la enconada resistencia ucraniana y la debacle en otros frentes. Cumplió además tareas como plataforma para ataque de misiles y estación de radar flotante, hasta los sucesos de este miércoles.
